En una fecha tan significativa como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, nos queda claro que en Puebla, el Gobierno del Estado no tiene entre sus prioridades como parte de su Plan Estatal de Desarrollo, a las mujeres poblanas que siguen formando parte de la estadística nacional de feminicidios.

Asimismo, queda claro también, que la Alerta de Género en nuestra entidad es letra muerta frente a la ignominia y pasividad no sólo de las áreas gubernamentales, sino también de otros sectores de la sociedad, que hacen poco o casi nada para visibilizar la lucha de las mujeres frente a los actos de agresión que ponen en riesgo sus vidas.

Hay invisibilidad de los programas que garantizan prevención, seguridad e información para que las poblanas se defiendan y denuncien actos de violencia, ante lo cual, queda manifiesto el silencio de las autoridades gubernamentales que deciden voltear hacia el lado que les deja rentabilidad política, antes que fortalecer acciones de prevención y protección al género, tan ausentes en los programas de gobernanza.

Un ejemplo de lo anterior, es el anuncio del Ejecutivo Estatal que destinará 287 millones de pesos para Volkswagen y AUDI. Mientras para la Secretaría de Género e Igualdad Sustantiva sólo habrá 100 millones de pesos.

Pareciera que la misoginia de los gobernantes se antepone a la urgencia de frenar feminicidios.

Es decir, en este gobierno, a defendernos como se pueda, porque las mujeres no somos prioridad.

En México, diariamente nueve mujeres son víctimas de feminicidio, una cifra espeluznante que evidencia la indefensión de las mujeres en nuestro país.

Dolosamente, Puebla se encuentra entre las entidades que tan sólo en este 2019 se acerca al centenar de feminicidios más los casos de agresiones y otros tipos de violencia que enfrenta el género en diferentes magnitudes.

Visibilizar el silencio y la errática operatividad de quienes hoy encabezan no sólo el gobierno, sino la Secretaría de Género e Igualdad Sustantiva, no es para exhibir o confrontarse con el feminismo burocrático, sino para mostrar la falta de resultados no sólo de esta dependencia, sino también de la Fiscalía General del Estado frente a los homicidios de mujeres.

Cualquier tipo de violencia es reprobable y no sólo contra las mujeres, sin embargo, el género sigue siendo vulnerable ante todo un patrón de agresiones que estamos obligados a seguir cambiando en una sociedad a la que le cuesta dejar el machismo y la agresividad.

De paso, también hay que “sensibilizar” a las funcionarias que hoy están sentadas en estas Secretarías de Género y de la Mujer quienes no deberían ocupar estos banquillos ante su intolerancia a la crítica y su reacción de agresión verbal para descalificar a otras mujeres que ejercen su libertad de opinión al exhibirlas por su ineficiente trabajo.

@rubysoriano
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