Un jugoso negocio disfrazado como encuentro de las mentes brillantes se fraguó desde 2013 al amparo del entonces gobernador de Puebla Rafael Moreno Valle, quien le abrió las puertas al entonces conductor televisivo Andrés Röemer.

Con el escaparate llamado La Ciudad de las Ideas e inyectado por millones de pesos, este personaje encontró la franquicia perfecta para anidar relaciones de poder y excesos con gobiernos panistas como el de Moreno Valle, Antonio Gali y más recientemente con el del morenista Miguel Barbosa.

Röemer escaló rápidamente para convertirse actualmente en escritor y embajador de La Buena Voluntad para el Libre Flujo del Conocimiento de la Unesco.

La travesía de Röemer tocó el servicio diplomático al haber sido Cónsul de México en San Francisco de 2013 a 2015.

Montado en una organización creada ex profeso para recibir la carretada de recursos públicos, Röemer operó desde Poder Cívico AC todos los negocios donde se triangularon jugosos convenios no sólo para su llamada Ciudad de las Ideas, sino también para su jefe Ricardo Salinas y TV Azteca.

Según informaciones difundidas por medios de comunicación nacionales, de 2010 a 2016 cuando estaba en auge el morenovallismo en Puebla, el entonces gobernador canalizó vía las Secretarías de Cultura y Turismo cerca de 224 millones 500 mil pesos a la llamada organización Poder Cívico.

Pero el financiamiento se diversificó para dar paso a una serie de negocios y relaciones de poder que le permitieron seguir vendiendo mucha labia.

Sin embargo, detrás de sus patrocinadas mentes brillantes y de su status quo de la ciencia del futuro, se haya un personaje de bajos instintos exhibidos en las últimas semanas por las voces de mujeres valientes que se atrevieron a romper ese pacto de complicidad infame, donde se intenta invisibilizar el abuso y la violencia hacia muchas mujeres que hoy levantan la voz.

Monserrat Ortiz, periodista y una mujer valiente es una de las voces públicas que junto con otras mujeres dan testimonio de los abusos y excesos, disfrazados de altruismo científico del tal Röemer.

Esta joven narra con detalle los momentos de acoso y violencia sexual perpetrados por el llamado co fundador de la Ciudad de las Ideas.

Monserrat dice que en su entonces empresa en la que laboraba (TV Azteca), este personaje se codeaba con los hilos del poder y con la cúspide de los Salinas Pliego.

Por temor a perder su empleo guardó un silencio aterrador.

Hoy Monserrat se suma a las voces de mujeres que están señalando al altruista de la ciencia y mentes brillantes como un consumado acosador.

Los pactos se rompen por la fragilidad de gobiernos y personajes que se empeñan en usar la impunidad política y el influyentismo para opacar las voces de mujeres que no guardarán más silencios.

Que ningún abusador sea detentador del poder.

Unidas somos más fuertes.

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