Rogelio Jiménez Pons, titular del Fonatur, anunció que la licitación para desarrollar la ingeniería básica del Tren Maya la ganó Senermex, empresa elegida durante el gobierno de Enrique Peña Nieto para construir el Tren Interurbano México-Toluca, el cual tiene un retraso en sus obras de al menos tres años.

La firma de capitales españoles y muy ligada a Gerardo Ruiz Esparza, exsecretario de Comunicaciones y Transporte, destaca por los sobrecostos e ineficiencias que presentan sus obras, pese a ello ganó la primera licitación para construir una de las que serán las obras más importantes de Andrés Manuel López Obrador.

La licitación la obtuvo en consorcio con Daniferrotools, Geotecnia y Supervisión Técnica, y Key Capital y estarán a cargo de la realización de estudios de cartografía, topografía, estructura y obras inducidas del proyecto de mil 470 kilómetros.

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Así lo informó el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), que dio finalmente luz verde a este consorcio para trazar uno de los proyectos de infraestructura más importantes de la actual administración, al ofrecer un monto de 298 mil 987 millones de pesos. La firma del contrato se hará en los próximos 15 días.

Alejandro Varela, director jurídico de Fonatur, fue enfático al afirmar que su participación “no implica construcción de obra pública, sino la realización de estudios cartografía, topografía, estructura y obras inducidas de toda la ruta del Tren Maya”, labor que tardará ocho meses, tiempo en el que las empresas tendrán que hacer entregas parciales para su evaluación.

Posterior a ese lapso se realizarán las licitaciones correspondientes a la construcción de los primeros cuatro tramos del Tren Maya.

Finalmente Jiménez Pons estimó que dentro de un par de meses estarán listas las licitaciones para los estudios de impacto ambiental del proyecto del Tren Maya y será en ese momento cuando empezará el acompañamiento de la consulta indígena.

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Cabe mencionar que el fallo causó conflictos entre miembros de la Cuarta Transformación por la relación de Senermex con la pasada administración, en específico por la ingeniería del tren México-Toluca -y cuya obra finalmente heredó este Gobierno- y de la Línea 3 del Metro de Guadalajara, que al final tuvo sobrecostos.