Beto Fong

La red social de videos TikTok instruía a sus moderadores de contenido de todo el mundo para que evitaran difundir las publicaciones de personas con discapacidades físicas, como marcas en el rostro o sobrepeso, así como de integrantes de la comunidad LGTBI.

Tras la noticia, la compañía china ByteDance, propietaria de TikTok, afirmó las acusaciones y justificó las medidas como “una decisión para proteger a las personas” con sobrepeso y de la comunidad LGBTI, pues consideraron que son “vulnerables y susceptibles al acoso cibernético en función de su condición física o mental”.

Según informa el medio alemán Netzpolitik, los empleados de TikTok marcaban los videos de estos sectores de la población como “material de riesgo” y censuraban su difusión, de modo que dejaba de aparecer en el feed.

Esta decisión se tomaba únicamente con base en la persona y dejaba de lado el contenido, aunque este no infligiera las políticas de la red social.

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Entre las personas que eran excluidas se encontraban sujetos con deformidades físicas y trastornos mentales, incluyendo la desfiguración facial, el autismo y el Síndrome de Down. Además, la censura también incluía a personas con marcas de nacimiento en el rostro, estrabismo y otros “desperfectos”.

Los moderadores de TikTok también censuraban a usuarios que utilizaran etiquetas o temas referentes a la comunidad LGBTI.

Luego del escándalo, una portavoz de la empresa expresó a través de Fox News que las criticadas directrices “se implementaron de manera temporal y que, luego de revisar los parámetros, se eliminaron las restricciones”.

Si bien la intención era buena, el enfoque era incorrecto y hace mucho tiempo que cambiamos estas políticas a favor de otras antiacoso más matizadas.