El Tribunal Supremo Federal de Irak suspendió temporalmente este domingo la candidatura de uno de los principales contendientes para la Presidencia de la República, la del kurdo Hoshyar Zebari, “debido a acusaciones vinculadas con hechos de corrupción financiera y administrativa” durante su ejercicio como ministro de Finanzas en 2016.

La suspensión de Zebari es “temporal” mientras la Corte estudia el caso, según esta decisión, anunciada en vísperas de una sesión parlamentaria en la que los 329 diputados deben elegir al nuevo mandatario. Los demandantes consideran que Zebari no cumple con las condiciones requeridas por la Constitución para convertirse en presidente, es decir “una buena reputación e integridad”, señaló la Corte.

La acusación fue presentada por tres diputados kurdos del partido Unión Patriótica del Kurdistán (PUK), rival de la formación también kurda de Zebari. Ante los antecedentes presentados, el Supremo explicó que la candidatura de Zebari ahora depende “del resultado de la resolución de la denuncia presentada ante este tribunal”. No se especificó cuánto podría tardar tal decisión, que obligará a postergar la sesión para elegir al presidente.

Te interesa: Líder iraní amenaza a Trump por Twitter

La denuncia cita al menos otros dos casos judiciales en los que está implicado el exministro de 68 años, incluso cuando era jefe de la diplomacia. También señala “abuso de poder” relacionado con “sumas importantes gastadas en un edificio que no pertenecía al Estado”. El actual presidente de Irak, Barham Saleh, es el candidato del PUK y aspira a la reelección en el cargo.

El Partido Democrático del Kurdistán (PDK), liderado por el histórico Masud Barzani, presentó a Zebari como candidato tras no lograr un acuerdo con su rival, el PUK, para nominar a un candidato conjunto. La decisión del tribunal llega tan solo un día antes de la fecha fijada para que el Parlamento eligiera al nuevo jefe de Estado, cargo para el que se postulan hasta 25 aspirantes.

Según el sistema establecido en Irak tras la caída del dictador Saddam Hussein en 2003, el presidente del Parlamento debe ser un musulmán sunita; el primer ministro, un chiita y el jefe de Estado, kurdo.