El sector turístico en Puebla padece de esas negras maldiciones sexenales donde la pandemia y la ausencia de estrategias y acciones para apoyar a los empresarios del sector, agudiza despidos, cierres y el frontal riesgo de más quiebras.

Frente a la voracidad de la pandemia sanitaria, los turisteros pasan los peores días, sin una estrategia de fondo que les permita a corto plazo, frenar los impactos de una recesión que se pronostica de largo plazo y con altos costos.

Se nota que el Gobierno del Estado, no tiene en su agenda de prioridades a un sector que tanto le ha dado a Puebla.

La primera en llegar a la Secretaría de Turismo fue Fabiana Briseño, una mujer que se allegó de los “viudos” del morenovallismo para vender espejitos que utilizó sólo para presumir su cercanía con los hijos del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Luego llegó Vanessa Barahona quien el karma se la cobró con un mortal y doble.

En tiempos de la ex priista, hubo más acción para el sector pero sin resultados.

Por el contrario, se cometieron pifias como la de presentar con bombo y platillos los vuelos de Interjet cuando la empresa ya estaba quebrada y sin posibilidades de cumplir nada de lo que se dijo durante su presentación en Puebla.

Y ahora, ante la salida de Barahona, al sector turístico poblano le endosan a Martha Ornelas Guerrero cuyo único gran logro fue viajar a Estados Unidos para descubrir el hilo negro y organizar el Día del Mole Poblano (háganme favor).

Los logros de la recién nombrada titular de Turismo son raquíticos, famélicos diría yo.

Su mérito es haber sido secretaria particular de Gabriel Biestro y haber seguido al pie de la letra las instrucciones que siempre recibió desde la oficina de la 5 poniente para formar parte del llamado G5, grupo opositor a Claudia Rivera, presidenta municipal.

Dicen sus allegados que a Martha le gusta regalar “corbatas” así que aguas si le manda una. También comentan que se le da de manera innata el fanatismo por “los conciertos de Luismi”, y si la invitan mucho mejor.

En una de esas, cuando pase la pandemia nos sorprende con un chárter musical o con una gira del “Sol” en Puebla.

De estrategias turísticas sabe lo que demostró en su desempeño como regidora: Nada.

Ella es buena para acatar, recibir y dicen que también le gusta preguntar cómo anda el sector de la construcción, las obras por supuesto.

Esperemos que Ornelas no sea la enterradora de los turisteros poblanos, sería muy desafortunado.

En una de esas le pide consejo y asesoría a su ex jefe, quizá el hoy Senador morenovallista Roberto Moya Clemente le pueda dar un poco de luz como cuando la tuvo de empleada en la Secretaría de Finanzas.

Que el karma y Elegguá la rediman.

@rubysoriano
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