Francisco Garduño Yánez, nuevo titular del Instituto Mexicano de Migración (INM), confirmó que se han cesado a 500 agentes por corrupción.

De acuerdo con el funcionario, varios de ellos son investigados por su presunta complicidad con redes de tráfico de personas.

Este es el saldo que ha dejado el funcionario a solo 10 días de haber tomado el puesto que el 14 de junio, dejó vacante Tonatiuh Guillén, en medio de las negociaciones y el endurecimiento de políticas para detener el paso de migrantes centroamericanos.

En ese tenor fue la declaración de Garduño al diario Reforma, donde afirmó que se hará una limpia “de arriba hacia abajo y hacia los lados” en el Instituto.

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Este proceso ya había sido advertido desde inicios de año, cuando Olga Sánchez Cordero, titular de la Secretaría de Gobernación, afirmó que Migración era la dependencia más corrupta del gobierno federal, por lo que se depuraría en totalidad.

“Sin duda el Instituto Nacional de Migración era una de las instituciones que estaba más penetrada de corrupción, estamos renovando prácticamente a todo el personal, y desde luego hemos presentado ya algunas denuncias penales contra agentes migratorios que extorsionaban a las personas que intentaban ingresar a nuestro país”.

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Sin embargo, el mayor problema de la dependencia es que la mayoría de estos agentes son sindicalizados y el proceso de despido es más complejo.

Todo lo anterior se enmarca la disculpa que Garduño Yánez dio a los policías comisionados a la frontera sur y norte, luego de que denunciaran las condiciones deplorables en las que trabajaban: durmiendo a la intemperie, viajando en patrullas y vehículos descubiertos, sin impermeables y desarmados.

Y es que el nuevo comisionado aseguró que estaban exagerando, porque estaban acostumbrados a hoteles y comer en buffet, por lo que eran “fifís”.

Sin embargo esta mañana desde su cuenta Twitter el funcionario reconoció que su postura fue un error y se comprometió a vigilar porque trabajen en condiciones dignas.