Irene Bermejo

Debido a la dictadura de Nicolás Maduro millones de venezolanos sufren la imposibilidad de tener un banquete esta Navidad.

Uno de los puntos que expone de la forma más clara la situación que atraviesan los venezolanos es la imposibilidad de acceder a un pernil de cerdo, típico plato principal festivo en el país, junto con la hallaca, tamal de maíz relleno con carne de res, pollo, aceitunas y uvas pasas.

Lo anterior, debido a la dramática crisis económica, ya que el producto no puede conseguirse por razones de desabastecimiento; además, de que su costo en el mercado supera la capacidad de compra de la población.

Pese a que en 2018 Maduro había asegurado que no se importaría más pernil, meses después anunció que el producto sería comercializado desde Rusia, uno de los pocos países dispuestos a tratar con Venezuela.

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La distribución de los perniles quedó a cargo de los Comité Locales de Alimentos y Producción (CLAP), organismo que a lo largo de los años se ha visto envuelto en escándalos de corrupción y manejo discrecional.

Durante los últimos días se denunció que los agentes entregan los perniles de manera discrecional, por lo que la mayoría no los obtiene, y lo que llegan a obtenerlo reciben un producto de calidad cuestionable.

Además, las personas a las que se les entregó fueron forzadas a agradecer a Maduro su generoso gesto navideño.