Durante la noche del viernes y la mañana del sábado, al menos 62 personas murieron en Gaza a causa de los ataques israelíes. Entre las víctimas se encontraban tres niños y sus padres, quienes perdieron la vida mientras dormían en un campamento de tiendas de campaña en Muwasi, cerca de Jan Yunis.

Informaron trabajadores sanitarios en la zona. Además, otras víctimas fueron reportadas cerca del Estadio Palestina de la Ciudad de Gaza y en varios apartamentos, con más de 20 cuerpos siendo trasladados al hospital Nasser.

En otro ataque, 11 personas murieron en una calle del este de Ciudad de Gaza, mientras que dos más fallecieron durante un bombardeo a una reunión en la entrada del campamento de refugiados de Bureij.

Los ataques, muertes y heridos siguen aumentando a pesar de que Donald Trump, presidente de Estados Unidos, anunció que podría alcanzarse un acuerdo en la próxima semana, afirmando que se estaba trabajando activamente en la resolución de la situación en Gaza.

También se reveló que el ministro israelí de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer, viajará a Washington para discutir el tema, lo que alimentó las expectativas de que podría haber avances en las conversaciones.

En tanto, las conversaciones indirectas entre Israel y Hamás se han reanudado intermitentemente desde que el último alto al fuego colapsó en marzo, lo que ha prolongado la campaña militar israelí y agudizado la crisis humanitaria en Gaza.

Además, la situación se complica por la incertidumbre sobre el destino de los rehenes, pues se cree que menos de la mitad de los alrededor de 50 cautivos siguen con vida desde el ataque de Hamás en octubre de 2023, lo que desató una guerra que ya lleva 21 meses.

Desde la ruptura del último alto al fuego, más de 56 mil palestinos han muerto, según el Ministerio de Salud de Gaza, aunque no se distingue entre civiles y combatientes en su conteo. De estos, más de la mitad serían mujeres y niños. Mientras tanto, Israel defiende sus ataques, asegurando que sus bombardeos están dirigidos exclusivamente a milicianos y acusa a Hamás de esconderse entre la población civil. Sin embargo, el número de víctimas civiles sigue en aumento, lo que ha intensificado las críticas hacia las acciones israelíes.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha recibido apoyo popular por su postura frente a la guerra, especialmente con el respaldo a las medidas contra Irán, pero esto se encuentra en conflicto con sus socios de ultraderecha, quienes se oponen a cualquier intento de poner fin al conflicto. Mientras tanto, Hamás sigue exigiendo el fin de la guerra a cambio de la liberación de todos los rehenes, una condición que Israel rechaza, afirmando que el conflicto solo cesará cuando el grupo esté desarmado y exiliado.

En medio de la crisis humanitaria, la situación de los palestinos que intentan acceder a alimentos es aún más desesperante, tras varios meses de bloqueo total de la entrada de suministros. Por el bloqueo de ISrael se estima que más de 500 palestinos han muerto y muchos más han resultado heridos mientras trataban de conseguir comida.