Fernando Manzanilla, una piedra en el zapato de Casa Aguayo

Por Luis Enrique Sánchez Fernández

Sergio Salomón Céspedes Peregrina es un hombre público que reúne pie juntillas las características de un político moderno, típico, clásico del siglo XXI.

Lo que interesa para esta nueva generación de políticos es “el beneficio del pueblo”, no importando las teorías, las derechas o las izquierdas, ni las diferencias políticas o ideológicas.

Los partidos políticos se han convertido, para esta generación, con grandes matices e influencias, en membretes, marcas, que solo dan la posibilidad de la competencia política entre particulares, pero cuyos principios, bases, filosofías, han pasado a formar parte del atraso.

No hay principios. Son marcas que avalan una competencia política.

Sergio Salomón Céspedes Peregrina es un político que lo mismo ha sido impulsado por PRI, PAN, PRD, PES, PSI, PT y Morena. Así ha sido legislador y presidente municipal. Ahora gobernador.

Y ahora en su calidad de gobernador del estado de Puebla, se ha reunido con la militancia activa del PAN, legisladores, presidentes municipales y liderazgos. Conclusión acordada: dialogo por encima de las diferencias políticas.

El Señor Gobernador se ha reunido con militantes de la estructura activa del PSI en un dialogo que está por encima de diferencias políticas.

Céspedes Peregrina con aparentes principios distintos, ha dado oportunidad para que las militancias activas del PRI y de MC se reunieran con él y acordado un trabajo conjunto en beneficio de los poblanos, haciendo a un lado las diferencias.

La cúpula empresarial de Puebla ha tenido la oportunidad de reunirse con él y acordar un impulso para el beneficio de Puebla y los poblanos.

Además con personajes y lideres locales, estatales y nacionales. Su apertura es notoria.

Pero, carajo siempre un pero: nada que lo ligue, relacione o involucre mediáticamente con Fernando Manzanilla Prieto.  

Aún cuando se trate de una noticia menor. Que no tiene que ver con la política.

¿Por qué será?

Dicen, comentan, las malas lenguas, que no es un asunto del Gobernador. Que Manzanilla se la debe, desde que era secretario de Gobernación, a la ViceGobernadora (Juan Manuel Mecinas dixit), que es la que lleva la sartén por el mango.

Que a la Vice hay que temerle, que cuando se molesta no hay quien la pare, dicen, y que todos los acuerdos pasan primero por sus manos.

Es cuánto.

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Luis Enrique Sánchez Fernández es periodista; ha escrito para impresos en papel, radio, televisión y portales digitales. Es universitario, historiador y cronista.