Miercoles, julio 23, 2025

4 junio, 2025

Luis Enrique Sánchez Díaz

La Aldea y el Leviatán Digital: Semiosis del poder y censura simbólica en la Puebla de Armenta


Dr. Luis Enrique Sánchez Díaz

Introducción
En el teatro de operaciones digitales que hoy rige parte del debate público, la cuenta @LaAldeaPoblana se ha vuelto el protagonista inesperado de una escena digna de “House of Cards”, sólo que filmada en la Puebla de los excesos simbólicos. Lo que para algunos es un “bot” irónico y sin rostro, para otros se ha convertido en un actor político con la capacidad de desencadenar la furia del aparato de seguridad estatal.
El caso de La Aldea Poblana no se entiende sólo desde la perspectiva legal. Se trata, en el fondo, de una disputa por el control de la narrativa en un ecosistema mediático frágil y polarizado. El gobierno de Alejandro Armenta, en su cruzada por acallar lo que considera “violencia digital”, ha dejado al descubierto los mecanismos de censura simbólica y persecución tecnoburocrática.


La Aldea como signo flotante: anonimato, ironía y campo simbólico
Desde su estilo burlón hasta su irreverencia calculada, @LaAldeaPoblana opera como un significante flotante, diría Lacan, que muta según la ansiedad de quienes lo interpretan. Para el gobierno, es una amenaza anónima; para los opositores, un altavoz lúdico; para la Secretaría de Seguridad, un objetivo.
La cuenta se ha referido a sí misma como “todos”: “Soy todos. Directa o indirectamente casi todo el círculo rojo ha utilizado esta cuenta. Hasta Armenta”. Este gesto performativo remite a la teoría de Pierre Bourdieu sobre el campo político: quien controla el discurso controla la realidad. @LaAldeaPoblana simboliza un tipo de capital simbólico que, aunque informal, disputa poder real en el espacio digital.


Reacción oficial: cuando el Leviatán entra a Twitter
El 2 de junio de 2025, el secretario de Seguridad, Francisco Sánchez, anunció que la Policía Cibernética había identificado al o los responsables de la cuenta. El video publicado fue acompañado por la retórica de la “violencia digital”, apelando a la Ley Olimpia, pero sin presentar pruebas concretas de misoginia.
Como advertiría Chomsky, los sistemas autoritarios disfrazados de democracias funcionales no reprimen por completo: seleccionan enemigos públicos y construyen la narrativa de su peligrosidad. En este caso, una cuenta irónica fue transfigurada en “sujeto violento” sin pasar por el debido proceso ni exhibir evidencia contundente.


Escenario político: la sucesión, los traidores y el 2%
La disputa no se da en el vacío. Puebla atraviesa una guerra de sucesión no declarada. La elección interna del Poder Judicial exhibió la fragilidad del control territorial de Armenta, quien según La Aldea, apenas aportó el 2 o 3% del padrón. Operadores como “El Choco” y Camargo son señalados de haberse vendido “como el próximo Eukid”.
La ironía alcanza niveles teatrales cuando quienes antes usaron esa cuenta (según la propia Aldea) hoy quieren enterrarla con escoltas digitales. La pregunta no es si La Aldea es misógina, sino por qué la maquinaria del Estado reacciona con tanta vehemencia justo ahora.


Semótica del poder: el bot que no se calla
Lo que irrita al gobierno no es un tuit, sino el desplazamiento del relato oficial. La encuesta publicada por @LaAldeaPoblana, donde el 80% de los votos señalan que la SSP está más preocupada por “La Aldea” que por el crimen organizado, es un acto semántico de sabotaje.
La violencia simbólica, advierte Bourdieu, es más eficaz que la violencia física porque instala sus jerarquías en la mente de los dominados. En este caso, la violencia la ejecuta el Estado con lenguaje legalista, pero con lógica vengativa.


Conclusión: cuando el Estado le teme al meme
La persecución contra @LaAldeaPoblana es la muestra más acabada de que el gobierno poblano no entiende la naturaleza del poder simbólico. En su intento de matar al mensajero, ha amplificado el mensaje. Como diría Frank Underwood: “El poder es más frágil de lo que parece. Sólo hace falta una historia viral para que se venga abajo”.
Hoy, la batalla ya no se libra en tribunales, sino en timelines. Y en esa arena, el Leviatán digital ha tropezado con un aldeano que no piensa callar.


Referencias
• Chomsky, N. (1988). Manufacturing Consent.
• Bourdieu, P. (1991). Language and Symbolic Power.
• Deleuze, G. (1990). Postscript on the Societies of Control.
• Diario Reporter (2025). “La insólita cacería del Gobierno del Estado a un ‘bot'”.
• Publicaciones de @LaAldeaPoblana (capturas privadas verificadas).


Semblanza del autor:

Luis Enrique Sánchez Díaz
Profesor-investigador en la BUAP. Filósofo de la disidencia, estratega político y analista de la comunicación con más de 20 años de experiencia. En el cruce entre el rigor metodológico y la crítica estructural, escribe para incomodar donde otros pretenden complacer. Combina ironía, teoría y verdad sin concesiones.


Puebla, México | Twitter: @LuisEnriqueSan

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