24 mayo, 2020
Redacción PH
La personalidad del gobernador Miguel Barbosa excede las condiciones propias de una gobernanza que exige diálogo, mucho diálogo, consensos, acuerdos, pactos y transiciones.
La comunicación gubernamental del mandatario poblano es tendencia en las redes sociales y en los grupos privados de consultores políticos donde lo mínimo que se comenta es la rudimentaria actitud de un mandatario que llegó a la gobernanza para hacer lo que inversamente propuso en su campaña como candidato: Reconciliación, no venganzas, el cese de las persecuciones y el fin de la era de los excesos y la corrupción en Puebla.
Hoy el mandatario poblano está ejerciendo el poder confrontado con el mismísimo Presidente Andrés Manuel López Obrador, con la presidenta municipal de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, con las empresas ancla de la economía local (Volkswagen y Audi), con los medios de comunicación y con las instituciones educativas y universidades privadas.
Al más puro estilo de los caciques pueblerinos de antaño, se da un manotazo sobre la mesa para lanzar decretos sin ton ni son y meter al redil a la bola de rejegos empresarios, funcionarios, ediles y hasta ciudadanos.
Hay políticos como el gobernador Barbosa que en el ejercicio del poder no miden la consecuencia de sus actos perdiendo dimensión y olvidando que su estancia en el mismo, tiene una caducidad.
Sin lograr una conexión con los ciudadanos a los que gobierna, Barbosa replica el patrón presidencial con sus ruedas de prensa matutinas, donde no hay día que evite dar “cátedra” de patanería y falta de respeto hacia los periodistas que cubren la fuente gubernamental.
En Puebla no hay oportunidad para darle un NO al gobernador. Su mandato transita con el primitivismo de los serviles que como primates brincan desde un Congreso del Estado invadido por la estructura gubernamental que sólo opera para signar acuerdos y votar al ritmo de un gran elector.
Desde la Auditoría Superior del Estado se amedrenta con auditorías a Ayuntamientos y Universidades.
Y se vuelven a lanzar decretos como si con ellos también se quisiera controlar a la pandemia que está desbordada en una Puebla donde pocos saben mucho de quien hoy nos gobierna.
Abajo y a los pies del mandatario estatal como en los viejos infiernillos están las deidades menores, muy menores, haciendo hornilla en las brasas para alentar una confrontación que en Puebla se siente ni siquiera con la caricaturizada oposición panista, sino entre morenistas de abajo, de arriba y de en medio.
Con tanto decreto, el ejecutivo estatal comunica una dificultad real para establecer ese diálogo que exigen gobiernos y sociedades de nuevos tiempos.
En Puebla estamos viviendo al humor del Rey de Chocolate, esperando que el próximo decreto sea una nueva prohibición para alinearnos a la máxima voluntad de la nueva era barbosista.
@rubysoriano
[email protected]
Facebook: Mediatikos Consulting
Todas las entradas
5 mayo, 2025
La batalla de las familias de personas desaparecidas ante los gobiernos estatales y las Comisiones de Búsqueda para que actúen...
LEER NOTA21 abril, 2025
Las campañas para la elección de jueces, magistrados y ministros del poder judicial en México, están a unos días de...
LEER NOTA13 abril, 2025
La polémica protagonizada en los últimos días por el gobernador Alejandro Armenta nos deja claro que su equipo de comunicación...
LEER NOTA6 abril, 2025
El pasado viernes 4 de abril, el Tribunal Electoral del Estado de Puebla emitió un fallo a mi favor resolviendo...
LEER NOTA30 marzo, 2025
Algo no está funcionando bien en el Congreso del Estado de Puebla. La escena desafortunada entre la diputada morenista Nayeli...
LEER NOTA