El reto que presenta el crecimiento de la inseguridad en Puebla es el principal para el nuevo gobierno encabezado por Miguel Barbosa Huerta. 

La inseguridad es un fenómeno que ataca a Puebla en diferentes niveles; y empieza a crecer sin control. Sí son asaltos cotidianos a poblanos en el transporte público, pero también el crecimiento de las consecuencias del crimen organizado.

El robo hormiga en las calles del centro de la ciudad, en zonas alejadas del centro son cotidianas. Cualquier persona que viaja en transporte público o camina en zonas concurridas o solitarias sabe que en cualquier momento será víctima.

Robo y asalto a transporte de carga en carreteras, a trenes. El interior del estado no es menos. La inseguridad se multiplica. 

Violencia familiar, secuestros, acoso sexual, feminicidios, asesinatos, robos a todos los niveles, se han incrementado.

El reto, insisto, que enfrenta el nuevo gobierno no es pequeño.

El gobernador Barbosa lo sabe y ha enviado señales de la importancia que está dando desde ya al fenómeno que ocurre, insisto, a todos los niveles.

Para enviar señales claras ha descartado lo que varios “analistas” auguraban: Manelich Castilla Cravioto será el nuevo secretario de Seguridad en Puebla.

No. No será Manelich.

Así lo dijo el gobernador electo Barbosa Huerta.

Y mandó la señal clara, que encierra un compromiso nodal:

“Será un anuncio espectacular. Vamos a combatir el crimen organizado y vamos a devolver la seguridad pública en Puebla, cueste lo que cueste, nos vamos a enfrentar a lo que sea”.

Ya sabe quién será. Espera el mejor momento para su anuncio. Será una figura a nivel nacional. Por como lo ha referido, será un personaje sin tacha.

Al tiempo.

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