PeriodismoHoy

7 noviembre, 2021

Redacción PH

Igualitos con cuotas y cuates

Qué difícil la tiene el PAN en Puebla. Ni en su propia elección interna han logrado establecer equilibrios entre sus militantes para ofrecer un partido cohesionado, novedoso, aguerrido, renovado y transformado en una sólida oposición.

De un lado, la sombra de los violentadores con Inés Saturnino y del otro, la sombra de Eukid Castañón, con quienes hace poco, eran peones del principal presidiario morenovallista.

Y frente a estas militancias panistas que se disputan la dirigencia estatal, no podemos dejar de cuestionar si los panistas ven la refundación o el desfonde de un partido donde los dos bandos siguen cojeando del mismo mal: De un lado los hijos y viudas del morenovallismo y del otro, los pepenadores de lo que dejó el morenovallismo.

Y ante el deplorable panorama blanquiazul en Puebla, nos preguntamos ¿dónde están los jóvenes? Es verdad que Genoveva Huerta trae más jóvenes en su campaña, pero sin formación y con poca o nula militancia en el PAN.

De lado de Augusta Díaz de Rivera la escasez de jóvenes es apabullante porque ahí se les revierte la frase de su campaña al mostrar cuotas y cuates.

La caballada panista no ofrece en ambos bandos la verdadera renovación de un partido atrapado en intereses vigentes y del pasado que ambicionan el pastel político del 2024.

La elección está a contrarreloj con las guerras sucias, las filtraciones, los manotazos y las desatinadas estrategias que tienen “encajuelados” a los militantes que en definitiva, no están interesados ni siquiera en salir a votar el próximo domingo 14 de noviembre.

Quien gane lo hará con plena conciencia de una famélica representatividad en medio de un partido resquebrajado y golpeado por sus batalla internas, que lejos están de ofrecer una operación cicatriz, que apuntale al PAN como un partido con solidez para arengar las victorias electorales en un año clave para Puebla como 2024.

Genoveva y Augusta van por el último jalón en la interna panista.

La operación será clave para que en ambos bandos se afiance una campaña, donde la triunfadora deberá hacerlo con dos principios indispensables: Legitimidad y Transparencia.

Al PAN le urge revolucionar sus propios cuadros que hoy sólo echan mano del reciclaje que su pasado morenovallista les concede.

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