9 diciembre, 2020
Redacción PH
Por Maribel Velázquez @Maribel_VO
La alianza entre el PRD, PRI y PAN sólo demuestra la debilidad de los partidos políticos de oposición frente al partido gobernante, Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), opinó Miguel Calderón Chelius, investigador de la Universidad Iberoamericana campus Puebla.
Este 9 de diciembre el Partido Acción Nacional, el Partido de la Revolución Democrática Nacional (PRD) y el Partido Revolucionario Institucional (PRI) anunciaron una coalición de cara a las elecciones de 2021, en las cuales se renovarán distintos cargos de elección popular, entre ellos presidentes municipales, diputados locales y federales.
El investigador de la Universidad Iberoamericana consideró que esta colaboración podría ser “peligrosa” ya que pega fuerte en la identidad política de cada grupo y este tipo de uniones no siempre dan los resultados esperados.
Añadió que en la jornada electoral del siguiente año se prevé la lucha entre los partidos de oposición y Morena, el partido que pondrá por delante al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
De acuerdo con una encuesta de realizada por De las Heras Demotecnia, el 63 por ciento de los mexicanos aprueba el desempeño del Ejecutivo hasta el corte de su segundo año de gobierno, por el contrario el 27 por ciento está en desacuerdo.
Calderón Chelius recordó que López Obrador maneja un discurso en el que señala que los partidos no aliados de MORENA son los mismo y con la unión de PAN, PRD y PRI en Puebla se le da un poco la razón, pues se convierte en una alianza oportunista que no tiene más en común que quitar posiciones al partido en el gobierno.
De no funcionar esta unión entre los partidos de diferente ideología se pone en riesgo el poder mantener la militancia de cada instituto político, acotó el académico de la Universidad Iberoamericana campus Puebla.
Cabe recordar que el PAN y el PRI nunca se habían unido para participar en los procesos electorales, por el contrario, el PRD sí lo había hecho con el blanquiazul, la primera vez ocurrió cuando impulsaron al panista Rafael Moreno Valle como gobernador de Puebla, quien anteriormente fue militante del tricolor.