90 días de fracasos imparables

En la víspera de cumplir sus primeros 90 días como presidente municipal de Puebla Capital, José Chedraui Budid ha soltado los dos principales ejes que marcan el control en las grandes ciudades: La seguridad y el comercio informal.

Los índices de seguridad en Puebla reflejan un repunte alarmante ante los asaltos que diariamente se están dando en la Angelópolis.

Restaurantes, establecimientos comerciales, transeúntes y atracos en diferentes zonas de la capital, se han desbordado.

El silencio del edil y de sus funcionarios es el reflejo de un gobierno con severas fallas para hacer frente a esta “imparable” ola de asaltos por toda la capital poblana.

Pepe Chedraui luce ausente, sin poder de maniobra y con una logística donde priva el caos sin importar dar resultados a la ciudadanía.

En tanto, sus funcionarios de primer nivel están más ocupados en tomarse selfis, ir a desayunos sociales, amarrar las licitaciones amañadas, empezar a ver cómo se van a repartir el nuevo botín municipal.

El caso del desbordamiento del comercio informal es la fiel estampa de una gran simulación que en el caso de este Ayuntamiento morenista, está más que a la vista.

Franco Rodríguez, responsable de Gobernación Municipal, parece seguir escondido tras las faldas de los “cobradores de piso”, quienes están haciendo su agosto en esta temporada, donde los bolsillos de los canguros municipales se llenan con el mayor descaro.

A todo lo anterior sumemos las balaceras y ejecuciones que marcan a Puebla Capital como un territorio donde las organizaciones delincuenciales están operando sin limitaciones.

¿Y qué decir del silencio ominoso de los señores empresarios quienes ahora permanecen calladitos?

Muchos comerciantes del Centro Histórico comentan que los líderes del sector privado, son de cartón.

Sólo están para asistir a actos donde sean usados como comparsas de los gobiernos en turno, pero la crítica, en estos momentos ya no es opción por lo que negocian en lo oscurito.

Sin duda alguna, Pepe Chedraui no sólo fue mal textilero, sino ahora, en menos de 90 días tiene a Puebla en el piso.

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