Redacción PH

Beatriz Manrique Guevara, titular de la Secretaría de Medio Ambiente, Desarrollo Sustentable y Ordenamiento Territorial (Smadsot), confirmó que cinco de las ochos presas de Puebla están por debajo del 50 por ciento de su capacidad, incluyendo la de Valsequillo la cual cerrará una compuerta hasta agosto de 2023.

Reveló la funcionaria y aclaró que entre el 30 y 31 de julio quedará completamente suspendida la compuerta para el Distrito de Riego 030 que demanda 250 mil millones de metros cúbicos cada temporada para la atención de los cultivos.

Aclaró que la decisión de cerrar la compuerta de la presa Manuel Avila Camacho o Valsequillo, fue una determinación de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) que consideró el nivel de disponibilidad de agua, actualmente del 24 por ciento, por lo que se esperará que en los próximos meses pueda aumentar el nivel de la presa.

Recalcó que el cierre no afectará la disponibilidad de agua potable para uso doméstico, pues esta se extrae de pozos, no obstante esta podría verse afectada en el futuro si se considera que durante mayo y junio se tuvo un menor volumen de lluvias, lo que afectó los ciclos de captación de agua.

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Según los datos en mayo se reportó un volumen de solo 32 por ciento, mientras en junio la capacidad de Valsequillo cayó hasta 16 por ciento, la cifra más baja hasta ahora registrada.

Valsequillo no es la única presa que reporta bajos niveles de almacenamiento, la presa de Necaxa se encuentra a un 28 por ciento de su capacidad mientras que la de Tenango en el municipios de Huauchinango está al 26 por cierto.

La presa de la Soledad en Tlatlauquitepec tiene un nivel de 44 por ciento, mientras que la de Nexapa está al 94 por ciento de su capacidad; además las presas de Peña Colorada en Acatlán y Boqueroncitos están al 80 por ciento.

Con estos datos la funcionaria confirmó que Puebla está pasando por una sequía atípica en zonas donde nunca había faltado el agua como Honey, Chignahuapan y Zacatlán.

Esto podría estar relacionado con la crisis climática, como ocurre en la Sierra Norte del estado, donde los cultivos se alimentan principalmente de la humedad que se genera en la temporada de lluvias, sin embargo con al sequía atípica que se está viviendo tampoco deben descartarse el incremento de los incendios forestales en la zona.