Don Melchor

¡Osú! Que con la gracia de Dios os saludo y recurro a vuestra comprensión para apuntar a quienes se han distinguido en este asunto de la sucesión del gobierno de mi Casona.

Que me he resistido, os lo juro, a considerar que es el turno de mujeres para conducir a la manada de lobos. ¡Diantres! que es una felonía que me ha retorcido el hígado, aceptar que es el turno de las féminas para conducir el destino de la manada quesque porque son otros tiempos.

¡Hostia! Que han sido varias las féminas que se han parado en mis aposentos, para exigirme que sea una mujer la que conduzca a la manada. Las más recalcitrantes han sido 5 de ellas que haciendo gala de soberbia y empoderamiento, me han ofendido con vuestras razones.

¡Jolines! nunca lo imagine; y he sido testigo de la violencia verbal de Erika Galindo Bello, Alma María Rico, Alma Marlo Gime, Rosa Meza La Grande (así le apodan), todas capitaneadas por La Tía Justa del Prieto. La soberbia y prepotencia era respaldada por una muchedumbre de enaguas de las cuales solo reconocí a unas cuántas, pero que el ánimo de pleito y exigencia las convertía en decenas.

Rosa Rico Zota, Tecla Varela Corneta y Rosa Meltrozo intentaron esconder sus rostros, pero las reconocí a la distancia.

Sufrí amenazas, no respetaron mi autoridad, pusieron en duda mi liderazgo de siglos y eso no puedo soportarlo. Habré de actuar apegado a la legalidad.

Por lo pronto, cumplo con la exigencia de las féminas. Publico ahora los tres nombres que aventaron en mi escritorio, junto con la amenaza que de no hacerlo, llevarían mis restos a la jauría para que dieran cuenta de mis últimos huesos.

¡Joder! ahí les voy con una lista que no comparto:

  1. María del Carmen Martínez Reyes, vicerrectora de Docencia, con el argumento de que ha realizado méritos suficientes para dirigir a la manada de cuadrúpedos.
  2. Guadalupe Grajales Porras, con el sanbenito de que forma parte de una familia que conoce todos los recovecos de mi guarida, dicen, le sobran recursos políticos y académicos, además de que me quisieron espantar con que cuenta con la venia de las alturas del centro para que le hagan los mandados.
  3. Rosa Icela Ávalos Méndez, es el tercer recurso del MLA (Manada de Lobas al Acecho), aunque no percibieron que siendo Abogada General de Mi Casona, no puede aspirar si antes no renuncia.

Os dejo de tarea buscar otras féminas posibles.

¡Abúr!