En tiempos de pandemia parece que la “insensatez” se apodera de nuestros diputados locales, particularmente de Gabriel Biestro quien por momentos parece ser no sólo acompañante del Gobernador Barbosa en todo acto que se atraviese, sino también le hace de vocero de los comunicados gubernamentales, difundiéndolos en sus redes sociales; en una de esas, le piden barrer y ahí lo veremos con su escoba.

Afortunadamente, el diputado morenista reculó en su fallido intento por colar una iniciativa descabellada que contemplaba sancionar con 12 años de prisión a quienes difundieran noticias falsas en tiempos de contingencia.

Si bien Biestro no descartó su errática propuesta, digamos que la tuvo que enviar a su propia congeladora temporal, luego que el propio Presidente Andrés Manuel López Obrador criticó la propuesta.

Y aunque le hizo dupla su compañera diputada Vianey García, está demás citar que ella más que legislar funge como secretaria o particular de acuerdos cocinados a los que sólo les da trámite.

Frente a este tipo de ocurrencias que con ligereza se lanzan para ver si en una de esas pegan y pasan, tenemos que admitir la ignorancia de nuestros diputados.

Está bien cuestionar la difusión de noticias falsas, pero de ahí a aplicar una ley mordaza para aprovecharse del momento y amedrentar a los profesionales de la comunicación, es un exceso por donde se vea.

Me pregunto ¿cuántos de estos diputados han pagado guerras de contraste para prefabricar noticias falsas que difamen a comunicadores o a medios de comunicación? Y en este caso qué se hace, disimular o disfrazarse de impolutos políticos que gustan de los excesos para imponer la marca de la represión.

Estamos frente a escenarios donde en Puebla lo menos que queremos son disfraces de pequeños dictadores de ocasión.

Hasta ahora, los diputados morenistas y sus alfiles han demostrado ser una patética fracción que mayoritea sin alguna autonomía más que la dictada desde Casa Aguayo.

Para ser puntuales hay que recordarles que están ahí conformando una mayoría gracias a la oleada de votos apuntalada por el Presidente AMLO y no precisamente porque sus campañas hayan sido exitosas para obtener el triunfo. Y bueno, qué decir de aquellos que ni campaña hicieron, pero llegaron por el mérito de ser mayordomos del poder.

Quienes gobiernan o detentan cargos en uno de los tres poderes del país entiendan que no están ahí para censurar críticas, cuestionamientos, investigaciones. Están para responder a un mandato de una ciudadanía que debe exigir rendición de cuentas, frenar excesos de poder y sí, evitar la proliferación de noticias falsas y difamaciones no sólo contra la élite de poder, sino también contra los propios medios de comunicación.

Ya bastante tenemos con diputados fakes que hoy pretenden ser lo que nunca serán: Poblanos.

@rubysoriano
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