Sorprendió a muchos el abrazo entre Adán Augusto López y Ricardo Monreal al final de la sesión de la comisión permanente en el Senado de la República, ayer martes.

Sobre todo, luego del enfrentamiento entre ambos el pasado mes de diciembre, en que el tabasqueño denunció desde la máxima tribuna a Monreal, por supuestos malos manejos en la Cámara Alta, cuando el zacatecano presidió la JUCOPO.

Denuncias no menores, que trascendieron la escena política entre los coordinadores parlamentarios de MORENA en ambas cámaras, prácticamente en el arranque de la presidencia de Claudia Sheinbaum; dejando en entredicho la unidad y la cordura entre estas piezas clave del partido en el poder.

En fin, que, en su postura de político conciliador, por sobre todas las cosas, Ricardo Monreal, actual coordinador de MORENA en la Cámara de Diputados, acudió al Senado de la República para encontrarse con su homólogo, Adán Augusto, y dejar constancia ante las cámaras de la prensa, que las diferencias entre ambos estaban limadas.

Aunque, eso sí, no se habló de las denuncias en comento, si siguen su curso ante la Auditoría Superior de la Federación o ya se archivaron o fueron resueltas a favor de Monreal por falta de evidencias.

Lo que quedó claro es que, tras la desavenencia entre ambos líderes de bancada, el nuevo capítulo será cerrar filas para sacar adelante las iniciativas de ley que la presidenta de México ha enviado al Congreso de la Unión, para ser votadas en dos periodos extraordinarios que ya se preparan para junio y agosto, en que los morenistas y aliados deberán trabajar a marchas forzadas para aprobar la agenda legislativa de la presidenta Claudia Sheinbaum.

Ante lo cual, queda en el aire si el abrazo entre Adán Augusto López y Ricardo Monreal puede interpretarse como el Abrazo de Acatempan, conocido como el de la alianza efímera entre dos facciones opuestas, unidos por un objetivo preciso sin ir más allá; o el cierre de filas duradero que dé estabilidad a MORENA en medio de la incertidumbre, ante la falta de un liderazgo que cohesiona al partido.

Esperemos que sea esta última razón, a fin de mantener una fortaleza necesaria en tiempos de animadversión, en que los morenistas deben ponerse a la altura de las circunstancias y, en efecto, ver más allá de intereses particulares.

Pues es cierto que el gobierno federal se encuentra en medio de una tormenta ante políticas anti México del gobierno de Estados Unidos; inseguridad; la “desestabilización” que impulsan ciertos grupos y las primeras manifestaciones sociales en el sexenio, que comienzan a causar estragos a la población como son las movilizaciones de la CNTE.

Mientras tanto, en medio de la tormenta está la elección judicial el 1 de junio; y el llamado sigue siendo, salir a votar; y aprender en el camino sobre la democracia, el sentido de la elección y el beneficio social que acarreará a la larga, elegir a quienes representan el poder judicial en nuestro país.

Angélica Beltrán