Domingo, noviembre 30, 2025

30 noviembre, 2025

Redacción PH

El cuidador renal, bitácora

Rubén Israel Gatica

Equilibrio entre la entrega y la autopreservación desde la musicoterapia con The Beatles

Una guía reflexiva para quienes acompañan a seres queridos en tratamiento de diálisis

En México, donde más de 150,000 personas viven con enfermedad renal crónica avanzada, cada número representa una historia como la tuya: cuidadores que han transformado sus vidas alrededor de un tratamiento que salva vidas pero que consume tiempo y energía.

En este camino, quiero hablarte de un aliado que quizás no hayas considerado plenamente: la música, y especialmente la de The Beatles, como herramienta terapéutica.

La carga emocional específica de la diálisis

Mientras acompañas a tu ser querido el vaivén emocional que sigue a cada sesión – esa mezcla de alivio y agotamiento post-diálisis – tu propio mundo emocional merece atención especial. La ansiedad antes de cada estudio de laboratorio, la preocupación cuando la presión arterial fluctúa, el estrés de mantener el acceso vascular impecable… estas no son preocupaciones menores.

El desgaste físico del ritmo dialítico

Tres veces por semana, tu vida se organiza alrededor de esas cuatro horas sagradas. Los viajes al centro, las esperas, el llevar y traer… y entre sesión y sesión, la vigilancia constante de la ganancia de peso, la presión arterial, los posibles síntomas de desequilibrio electrolítico.

La nutrición

Mientras calculas milimétricamente el potasio, fósforo y sodio en cada plato que sirves, puede que tu propia alimentación se haya vuelto descuidada. La paradoja es profunda: tú, que tanto vigilas la nutrición ajena, mereces una alimentación que sustente tu energía particular.

Autocuidado

Tu autocuidado necesita adaptarse a la realidad única de la diálisis. No se trata de encontrar largas horas libres (ese lujo no existe en tu mundo), sino de integrar micro-pausas en los intersticios de tu rutina.

Durante la sesión de diálisis, en lugar de pasar cuatro horas en vigilia ansiosa, podrías permitirte periodos de lectura tranquila o meditación guiada. Mientras la máquina purifica la sangre de tu ser querido, tú podrías dedicar algunos minutos a purificar tu mente de preocupaciones acumuladas.

Un compromiso ajustado a tu realidad

Hoy no te pediré que encuentres tiempo para ti – sé que el tiempo es un lujo en tu mundo. En cambio, te invito a transformar los momentos que ya existen:

En lugar de mirar ansiosamente los monitores durante toda la sesión, podrías alternar con periodos de respiración consciente.
Mientras preparas la dieta renal, podrías elaborar una porción adicional pero adaptada a tus necesidades nutricionales.
En los viajes al centro, podrías escuchar música que nutra tu alma en lugar de noticias que agoten tu espíritu.

El Poder terapéutico de la música

La neurociencia lo explica:
Cuando escuchas “Here Comes the Sun” o “Let It Be”, tu cerebro libera dopamina y serotonina, neurotransmisores asociados con el placer y el bienestar. No es magia – es química cerebral respondiendo a melodías armoniosas y letras esperanzadoras.

Testimonios que hablan por sí solos:

  • Personas con depresión que encuentran consuelo en “Yesterday”
  • Aquellos en duelo que se aferran a “In My Life”
  • Quienes buscan fuerza en “Hey Jude” y su mensaje de resiliencia

Las armonías de McCartney y Lennon funcionan como “analgésicos emocionales”. No es casualidad que “All You Need Is Love” se use en terapias de pareja o que “Blackbird” acompañe procesos de duelo,”Eleanor Rigby”, “The Long and Winding Road”, “Help!” – son espejos musicales donde nos vemos reflejados con nuestras vulnerabilidades y anhelos.

Sigamos escuchando y viviendo desde el alma la música Ángel Rafael Alducin y Guadalupe Sánchez.

Conclusión: El arte de cuidar en tiempos de diálisis

Querido cuidador renal,

Tu labor es una de las más técnicas y emocionalmente complejas en el mundo del cuidado. Exiges mucho de ti mismo – precisión, paciencia, resistencia emocional, conocimiento médico básico. Mereces recibir el mismo nivel de cuidado meticuloso que brindas.

Que esta bitácora sea tu recordatorio: no estás simplemente “ayudando” a alguien en diálisis; estás sosteniendo un universo completo de cuidado. Y ese universo necesita que su centro – tú – esté fuerte, descansado y nutrido.


 ✍ Rubén Israel Gatica Gómez

Maestría en Psicología Organizacional en UPAEP, Ingeniero en Sistemas Computacionales por el Instituto Universitario Puebla. Consultor, conferencista y capacitador en el área de bienestar, tanatología, liderazgo y desarrollo de empresas familiares. Miembro de la Semiotic Society of America. Alumno distinguido en certificación EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares. Facilitador de Mindfulness, Compasión y Comunicación No-Violenta (MICNV) por el Instituto de Ciencias para el Florecimiento Humano–Cultivo. Realizó una estancia internacional en Oklahoma State University en el área de logística, seguridad e higiene industrial (2011), y participó en el programa Faculty Led Study Abroad UJI: Organizaciones Saludables y Resilientes (2022) por la Universitat Jaume I de Castelló, España.

Actualmente consultor, conferencista y capacitador en el área de bienestar, tanatología, liderazgo y desarrollo para adultos mayores y personas con cáncer en fase crítica o terminal. Miembro de la Semiotic Society of America.

Autor

Redacción PH

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