Luis Enrique Sánchez
Los medios de comunicación son el principal vehículo para transmitir desacuerdos con los colaboradores por parte de la 4a. Transformación poblana.
Filtraciones, mensajes, regaños, llamadas de atención, agresiones, infundios, llenan los medios de comunicación poblanos, y sus contenidos se convierten en el tema del día.
Marcan la pauta del comportamiento de la política y de los políticos. Son las fake news pero cuya intención es real: corregir los rumbos, dimes o diretes que lastiman al “patrón”.
Aunque lo publicado sea mentira.
Falsedades.
El descontento del poder, se conoce a través de las fake news y de proyectos periodísticos amantes del poder.
Una relación seductora que va empapada de grilla y de dinero. De ida y vuelta.
El periodismo, la comunicación, también son mercancías. Y tienen un precio. Y llevan una jugosa ganancia.
Breves ejemplos:
Por los medios se enteró Julio Glockner del enojo del gobernador por haberle corregido la plana con el traslado de la Estrella de Puebla a San Francisco. Y de la invitación a renunciar si seguía contradiciendo sus intenciones.
El mismo mecanismo se ha utilizado para conocer del BOA poblano, de los organizadores de la marcha que reunió a 200 mil estudiantes universitarios, de los reporteros que “reciben” 5 mil pesos por aplaudir al gobernador, de los propietarios de la “marca” el Desgobierno de Puebla, de las auditorias contra los enemigos políticos, y de contradecir a quienes han tenido diferencia con el “patrón”.
Periodismo de tercer mundo.
Sin iniciativas para que sea correspondiente a la cruzada contra la corrupción.
El amasiato entre los dos poderes es intocable.
No se moderniza.
Los dos únicos compromisos son la mentira y el dinero.
Amén.
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Luis Enrique Sanchez Fernández es periodista; ha escrito para impresos en papel, radio, televisión y portales digitales. Es universitario, historiador y cronista.
