A una semana de que resultara electa, en un proceso electoral que se vio opacado por la presencia de grupos armados y robo de boletas, Martha Erika Alonso Hidalgo, recibió en las instalaciones del IEE su constancia de mayoría, lo que la convierte en la gobernadora electa de Puebla.

La entrega fue duramente criticada, pues es la primera vez en Puebla que se amurallan en las instalaciones del Instituto Electoral del Estado (IEE), para entregar el documento.

Con más de 500 policías custodiando los alrededores y la imposibilidad de la prensa de acercarse a Alonso Hidalgo, se llevó a cabo el acto protocolario, entre gritos de fraude y porras a favor de la esposa del exgobernador de Puebla.

De acuerdo con el conteo distrital que llevó a cabo el Instituto Estatal Electoral de Puebla, y que ya incluye los votos en el extranjero, la panista obtuvo un millón 152 mil 978 sufragios válidos, mientras que el abanderado de Morena logró sumar 1 millón 30 mil 924 sufragios, es decir 122 mil 54 votos menos que su contrincante.

“Lo primero que quiero decirles esta tarde es que ganó la verdad sobre la violencia y la mentira de otros partidos políticos… hago un llamado a todas las fuerzas políticas, incluso a la intolerancia de Morena, para que respetemos la voluntad de los ciudadanos y las ciudadanas expresados en las urnas. Agotemos siempre nuestras diferencias a través de los canales institucionales, porque estoy convencida que la violencia jamás será el camino”, dijo Alonso Hidalgo.

Sin embargo, mientras la panista hablaba, los representantes de Morena, Juan Pablo Cortés; José Juan Espinosa, del PT; y Raúl Barranco, del PES, lanzaron consignas y gritaron “¡fraude, fraude, fraude!”.

En tanto Enrique Doger, del PRI, quedó tercero con 555 mil 41 votos, y Michel Cahín, del PVEM, cuarto lugar con 153 mil 456 sufragios, en estos casos lo que representó el 18.36 y 5.08 por ciento, respectivamente.

En total se contabilizaron 129 mil votos nulos, igual al 4.27 por ciento de la elección total; es decir, por encima de la diferencia entre Alonso y Barbosa.

Todo ello enmarcado en marchas convocadas por ciudadanos contra el fraude y una irrupción violenta de militantes de Morena a las instalaciones del Hotel M&M, donde se encontraron actas y sábanas de la pasada elección del domingo, funcionarios estatales y vehículos oficiales, sin que ninguna de las acciones fuera considerada como parte de un fraude.

El insólito cerco de seguridad continuó en el Acropólis, donde la gobernadora electa realizó un evento, como una forma de legitimar el apoyo de la ciudadanía.