Lejos de la imagen de “icono humanista” y tildar a la xenofobia de la “enfermedad de los blancos”, en privado Albert Einstein expresó sus prejuicios y racismo contra los chinos, japoneses e indios a quienes consideró “inferiores” en el aspecto intelectual.

“No se sientan en bancos mientras comen, sino que se ponen en cuclillas como los europeos cuando hacen sus necesidades en los frondosos bosques. Todo esto ocurre en silencio y de manera reservada. Incluso los niños no tienen espíritu y parecen aletargados”.

Se trata The Travel Diaries de Albert Einstein, la publicación de los diarios en los que el físico alemán de origen judío escribió acerca del viaje que hizo a Asia en el otoño de 1922, junto a su esposa, Elsa Einstein.

La obra, editada y traducida por Ze’ev Rosenkranz y publicada por Princeton University Press, refleja los pensamientos de Einstein relacionados con la ciencia, política, arte y la filosofía, pero también expresa sus puntos de vista acerca de los contextos y personas con los que se relacionó en aquella travesía.

Chinas, sin atractivo

Además, señaló como “una pena” que los chinos “suplantasen a todas las demás razas. Para gente como nosotros, el mero pensamiento es indescriptiblemente lúgubre”.

En sus apuntes, el físico alemán advirtió que no comprendía cómo es que los varones chinos podían percibir a las mujeres chinas lo suficientemente atractivas para tener descendencia con ellas.

“Una nación peculiar parecida a una manada, a menudo más como autómatas que como personas”.

Todo ello contrasta con lo dicho en una entrevista para la revista estadounidense Saturday Evening Post.

“La raza es un fraude. Todos los pueblos modernos son un conglomerado de tantas mezclas étnicas que no existe ninguna raza pura”.

Admiración por Japón

Sobre Ceilán – ahora llamada Sri Lanka- , Einstein dice que los lugareños “viven en gran inmundicia y un hedor considerable en el suelo”, sin que parezcan proclives a cambiar las cosas.

Por el contrario muestra su admiración por los japoneses, a los que considera “nada ostentosos, decentes y muy atractivos (…) almas puras como en ningún otro lugar. Uno tiene que amar y admirar este país”, sin embargo, sí los considera más débiles intelectualmente.

“Las entradas del diario de Einstein sobre el origen biológico de la supuesta inferioridad intelectual de los japoneses, chinos e indios pueden considerarse racistas. En estos casos, otros pueblos son descritos como biológicamente inferiores, un sello claro del racismo. El inquietante comentario de que los chinos puedan ‘suplantar a todas las demás razas’ también es muy revelador en este sentido”, advirtió el editor del libro.

Con información de ABC/ The Guardian

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