4 Abril 2021
380 Días en aislamiento parcial
Fase 3. Semáforo rojo

Querido Octavio, 

Te saludo con las primeras lluvias del año que baja y lo moja todo, apenas dejando rastro de su presencia con ese olor distintivo a tierra mojada. ¿Sabes? En hebreo existe una palabra para la primera lluvia, la lluvia temprana: Yoreh. Es un sonido suave que describe muy bien esta llovizna que movida por la brisa acaricia el suelo y aplaca la ceniza del volcán que nos ha cubierto todo de gris por días. 

¿Cómo estás? Por la mañana he abierto el periódico ¡atrasadísimo! ya ni siquiera sé de qué día era, y no estoy segura de qué día es hoy.
Cinco piezas de opinión en la página dos.
Trece piezas de opinión en total en un diario de 16 páginas. 
El periodismo de opinión verdaderamente se ha comido a los hechos y los datos para dar paso a la descripción del país de un puñado de apuntados de siempre. 
Para acabar: una columna con citas de Bobbio que me hace retorcer los ojos.

Sin embargo, pasando las páginas me he encontrado también con una de tus fotos, y eso me ha inspirado a sentarme a escribirte como los hacían los viejos amigos hace tiempo para chismear de trabajo, de sus proyectos y problemas. Hace unas semanas terminé de leer el libro sobre la correspondencia entre Tina Modotti y Edward Weston. Me gustó muchísimo que casi toda la comunicación entre ellos se centraba en la discusión sobre el trabajo de cada uno, la técnica, sus cámaras, el terreno y la luz, los intentos fallidos y los largos días de trabajo de precisión con José Clemente Orozco. A su vez, otro gran tema tratado en las cartas son las reuniones con los personajes de la época que en ellas se debatían sobre el trabajo artístico y su importancia en las causas de izquierda. Finalmente el libro muestra la correspondencia de Tina desde Berlín en 1929, cuando descubre la cámara Leica y sus beneficios, como fotografiar discretamente en la calle, aunque eso la hacía sentir incómoda. Esas discusiones entre profesionales, entre alumna y maestro, que siempre se buscaron para hablar del trabajo, de lo que les inspiraba y de lo que aborrecían del medio, especialmente Tina, que poco a poco fue comprometiéndose más con el partido comunista hasta, en efecto, dejar la fotografía del todo.
Quizás sus conversaciones a distancia me hicieron pensar en las nuestras, aunque menos elocuente y por mensajitos, pero siempre apreciadas por los retos que me planteas, así como el labor de hacer este oficio de manera profesional, hacerlo bien, hacer lo que nos toca en el terreno para poder estar orgullosos de que los resultados son fruto del trabajo y nada más.

Aquí nos preparamos para estar otra primavera en casa, pero esta vez sabiendo hacerlo, estamos mejor preparados mental, física y prácticamente también. Como mucha gente, en este año que nos ha obligado a estar dentro, nos hemos esmerado en mejorar la casa, remodelando algunas cosas, haciendo finalmente esos pendientes que debían terminarse, reparando los desperfectos y acoplando todo para vivir todos bajo el mismo techo todo el tiempo. No más salas prístinas para las visitas, ni mesas que sirven sólo para poner cositas bonitas. La pandemia nos ha recordado que las casas son para construirnos en ellas, que sus espacios son para hacer la vida.

¿Se han vacunado ya tus padres? Los míos ya fueron vacunados y es un enorme alivio saber que, aunque sea lento, va avanzando el proceso de inoculación en México. No es cualquier cosa y creo que en la discusión nacional se pierde a veces de vista que en el mundo entero las vacunas se han vuelto una medida de poder y que ese es un ciclo del que no podemos escapar. Los países que tienen poder han acaparado todo lo que pueden. Estados Unidos, con cuatro meses de vacunación, tiene 130 millones de vacunados, mientras países que tienen poco, o nulo, poder en la escala mundial deben esperar a que el “sobrante” empiece a salir. Como Francia, donde demandan que no se envíe nada a otros hasta que las farmacéuticas hayan cumplido con todas las dosis que les pagaron de antemano, aún sin necesitarlas todas. Absurdo, sabiendo que vacunar a unos no servirá si no se hace un esfuerzo genuino por vacunar a todas las naciones antes de que las mutaciones del virus nos vayan ganando. Pero es en esta batalla a codazos en que México, que no tiene mucho poder, ha peleado las vacunas y debemos estar conscientes de que, en esas condiciones, el tener una campaña de vacunación que va avanzando, aunque lentamente, y que haya cargamentos de vacunas de diferentes farmacéuticas que van llegando al país es, sin duda, producto de una labor inmensa de negociaciones y acuerdos que durante este año han continuado. 

Debemos esperar nuestro turno. Sabemos que llegará. ¿Por qué tiene nuestra sociedad semejante desprecio por esperar para lo público, mientras hacen colas de vergüenza para comer conchinachos? 

Querido Octavio, me despido con la alegría de saber que la primavera ha llegado. Las bugambilias se vuelven el único lugar de refugio en este sol de altiplano que bajo su rayo quema y en su sombra da frío. Aún así es lindo empezar a ver todas las plantas florecer y llenarse de colores. Entre el nuevo verde de la estación, también yo voy recobrando un poco de esperanza en que salgamos de esta pandemia, en que regrese la normalidad y volvamos al trabajo, pero mejorados.

Alrededor de la mesa donde escribo, mi hijito camina bailando al ritmo de “Hakuna matata”, desafinando como lo hace Pumba y moviendo los bracitos como Timón. Claramente es hora de ir a bailar con este chico. 

Te saludo, esperando tener oportunidad de encontrarte pronto en la “nueva normalidad”, cámara en mano.

Siempre 
Bilhá

Twitter: @Clitemnistra


Periodista. Escribe sobre asuntos internacionales, crisis, conflicto y periodismo. Previamente corresponsal en Jerusalem.