Por Beto Fong
En Chiapas, las estaciones migratorias de Huixtla y Tuxtla Gutiérrez se caracterizan por hacinamiento, alimentos insuficientes y en estado de descomposición, carencia de agua potable y niños en condiciones deplorables.
Según un informe del Colectivo de Observación y Monitoreo de Derechos Humanos en el Sureste Mexicano, las estancias provisionales para migrantes no poseen los recursos e infraestructura suficientes para abastecer las necesidades de quienes las habitan, en su mayoría migrantes sudamericanos en espera de procesos legales, aunque también son ocupadas por migrantes de origen africano.
El Colectivo de Observación y Monitoreo asegura que las condiciones en las que vive un total de aproximadamente 66 extranjeros, entre hombres, mujeres, y niños, son deplorables y violan los derechos humanos:
Para saber: A migrantes centroamericanos detenidos se les niega información sobre asilo
A pesar de que el colectivo de activistas envió un informe a diversas instituciones, como el Instituto Nacional de Migración (INM), la Comisión Mexicana de Ayuda al Refugiado (Comar), la Subsecretaría de Derechos Humanos, Población y Migración, y al Quinto Visitador General de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), la respuesta no ha sido favorable:
Desde el pasado 4 de noviembre, activistas ya habían denunciado que los albergues carecen de agua potable y no hay agua en los sanitarios y duchas, además de que el lugar alcanza temperaturas mayores a los 40 grados centígrados, arriesgando a los migrantes detenidos a contraer infecciones, pues algunos de ellos ya presentan complicaciones en su salud física y mental debido a la detención prolongada.