No es un lamebotas, no se hinca porque le duelen las rodillas. Es el hombre con mayor fortaleza política en el gabinete de Luis Miguel Barbosa Huerta.

De afuera y de adentro lo quieren minimizar, reducir, acorralar, controlar; madrear, pues.

Y todo porque se imaginan que les lleva una fuerte ventaja para la presidencia municipal de Puebla en el 2021.

El PAN, los supuestos independientes, los que se van por la libre, las fuerzas oscuras y morenas, lo traen entre ojos. De todos lados le llueve metralla.

Poco lo conocen, no caerá en el garlito; no peleará en el callejón de los madrazos. Si se sube al ring, lo hará dispuesto a cumplir con todas las reglas, sin patadas a las espinillas o codazos en el pecho.

¿Hasta cuándo entenderá la clase política que la confrontación debe ser fina y elegante?

Lo están haciendo crecer.

Por lo pronto, le basta con la confianza de quien lo ha nombrado.

El presente exige tiempo completo.

El futuro puede esperar.