Por Claudia Morales B.

La mecánica cuántica describe el estado instantáneo de un sistema (estado cuántico) con una función de ondas que codifica la distribución de probabilidad de todas las propiedades medibles u observables. Algunos observables posibles sobre un sistema dado son la energía, posición, momento y momento angular. La mecánica cuántica no asigna valores definidos a los observables, sino que hace predicciones sobre sus distribuciones de probabilidad. Las propiedades ondulatorias de la materia son explicadas por la interferencia de las funciones de onda.

Estas funciones de onda pueden transformarse con el transcurso del tiempo. Por ejemplo, una partícula moviéndose en el espacio vacío puede ser descrita mediante una función de onda que es un paquete de ondas centrado alrededor de alguna posición media. Según pasa el tiempo, el centro del paquete puede trasladarse o cambiar, de modo que la partícula parece estar localizada más precisamente en otro lugar. La evolución temporal de las funciones de onda es descrita por la Ecuación de Schrödinger.

Algunas funciones de onda describen distribuciones de probabilidad que son constantes en el tiempo. Muchos sistemas que eran tratados dinámicamente en mecánica clásica, son descritos mediante tales funciones de onda estáticas. Por ejemplo, un electrón en un átomo sin excitar se dibuja clásicamente como una partícula que rodea el núcleo, mientras que en mecánica cuántica es descrito por una nube de probabilidad estática, esférico simétrica, que rodea al núcleo.

¿¡La anterior explicación es el preámbulo para comentar una película que tuve oportunidad de ver el fin de semana pasado, llamada “What the bleep do we know!?” (¿”Y tú qué sabes?”), dirigida por el físico, budista y empresario William Arntz llevaba como hilo conductor la anécdota de una fotógrafa (la actriz sordomuda Marlee Matlin) y su tragedia existencial tras un divorcio y una vida deprimente y quien alcanza un nivel insospechado de autodescubrimiento tras un encuentro fortuito en el que se le revela el origen bioquímico de sus emociones y su responsabilidad como autora de su destino.

¿Qué es lo que somos? ¿Y la realidad? ¿Cómo la percibimos? ¿Podemos modificarla a través de nuestra mente? ¿Quién es Dios? ¿Y nosotros…? son las preguntas que se formula este film. Diferentes científicos, teólogos y personalidades de la Física Cuántica intentan dar respuestas a todas estas preguntas y abrir, de este modo, nuevos caminos a nuevas posibilidades.

La realidad es la que cada uno se construye se crea a través del pensamiento y estoy convencida de ello, cada quien toma una elección, y en base a ésta se crea su propia realidad, su futuro.

Hay una escena donde se expone lo que un científico japonés hizo con moléculas de agua, a cada una la sometió a un ambiente diferente, las observó a través de un microscopio, algunas sometidas con música de Paganini producían un efecto extraordinario, la molécula tomaba un aspecto armónico, otra, la tomo de una botella cuya etiqueta decía “TE ABORREZCO, TE VOY A MATAR” y la molécula se distorsiono. Si un simple pensamiento hace eso en el agua, imagínense lo que hace en el cuerpo humano. Cuantas personas no se han visto en el espejo y detestan su imagen, piensen en el daño que están ocasionado a su cuerpo.

Asimismo, habla sobre la red neuronal, nuestro cerebro esta constituido de neuronas y estas a su vez constituyen todo un sistema neurológico, si se manda una señal negativa, toda esa red se contamina, pues se produce una sustancia que se mezcla con la sangre, la cual irriga todo el cuerpo humano generando en nuestro ser una alteración nerviosa.

De igual forma, abordan el tema de la adicción, pero no a una droga sintética o enervante, sino a una sensación, si estas acostumbrado a sufrir, tus neuronas generan un químico en tu cerebro, creando con el tiempo adicción al mismo.  Al tener tal sentimiento (sufrimiento) se produce dicho químico, este circula por tu sangre envenenando tus células, cuando éstas se multipliquen tendrán la necesidad de ese químico generando en tu organismo una adicción al sufrimiento.

También se plantea una teoría acerca de los pensamientos positivos, argumentando que son de total ayuda para tener un nivel de vida más tranquilo, pero no se refiere a una frase o comentarios positivos, es decir, no solo una capa superflua de éstos, sino en su totalidad, algo realmente profundo y convencido de ello, pues muchos tenemos una envoltura de positivismo alrededor de toda una madeja de pensamientos negativos.

En fin, la película trata de demostrar que la realidad es la que tú eliges, la que tu creas, la que tú construyes, sin ataduras, sin bueno o malo, en un mundo ontológico en vez de deontológico, de lo que tú quieres ser, sólo así conseguirás la verdadera felicidad. Al final un científico, comentaba que todos los días al despertarse, dedicaba unos minutos a crear su día, lo visualizaba, e incluso le pedía a un ser superior, que, si este veía su creación, por favor se lo hiciera saber a través de una señal inequívoca de ello. Este film te hace recapacitar y tomar las riendas de tu vida siendo tú el único responsable. Se las recomiendo, el lenguaje a veces es complicado, hay que verla dos o tres veces para comprenderla mejor. De verdad véanla y júzguenla ustedes mismos.

Espero sus comentarios a mi correo electrónico claudiamor_26@yahoo.com.mxy y en Twitter @claudiamor20