Lenín Moreno, presidente de Ecuador, derogó este lunes el decreto que eliminaba los subsidios a los combustibles, como parte de un acuerdo con el movimiento indígena para acabar con las peores protestas en las calles desde que asumió el gobierno.

Tras 11 días de paros y protestas, el Ejecutivo hizo el anuncio con el que se comprometía a que los precios de las gasolinas y el diésel vuelvan a sus niveles anteriores desde el martes a las 00.00 hora local.

“Derogaré el Decreto 883. Hemos hecho una elección por la paz”.

El recorte a los subsidios de los combustibles era parte de las medidas de austeridad tomadas a inicios de mes, en el marco de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para sanear las finanzas, pero encendió la mecha de protestas de grupos indígenas y sindicalistas, que pararon el país y forzaron a Moreno a despachar desde la ciudad costera de Guayaquil.

Fue hasta este domingo cuando el gobierno llegó a un acuerdo con los manifestantes para pacificar las calles, tras el fracaso de su plan para recaudar mil 500 millones de dólares anuales.

“Se expedirá un nuevo decreto que nos asegure que los recursos lleguen a quienes realmente los necesitan”, escribió el presidente en su cuenta de Twitter.

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El texto de la derogación presentado también señala que se establecerá una política de subsidios de combustibles “con un enfoque integral, con criterios de racionalización, focalización y sectorialización, que precautele que éstos no se destinen a personas de mayores recursos económicos, ni a contrabandistas de combustibles”.

Tras confirmarse el acuerdo, poco a poco los manifestantes indígenas, que habían llegado a Quito desde las provincias andinas y amazónicas para exigir que Moreno restituya los subsidios, comenzaron a dejar la ciudad el lunes.

“Ya estamos retornando a nuestros territorios”, dijo Inti Killa, un indígena de la provincia amazónica de Napo.

“Hemos demostrado que la unión y el convencimiento del pueblo es un volcán que nadie lo puede detener”.

Mientras que los estudiantes universitarios, trabajadores municipales y residentes de Quito limpiaron las llantas quemadas y adoquines que se habían arrancado de las calles del centro de la capital y el sector petrolero retomaba paulatinamente su operación en los bloques que fueron parados en medio de las protestas.

Hasta ahora se calcula que las pérdidas acumuladas llegaban a casi 2 millones de barriles y que esperaba retomar el bombeo normal en un par de semanas.

Finalmente, la Defensoría del Pueblo, entidad de derechos humanos que monitorea el conflicto, dijo que unas siete personas murieron, más de mil 300 resultaron heridas y cientos fueron detenidas en las protestas.