A la dirigente del Partido Acción Nacional en Puebla, Genoveva Huerta le resulta complicado entender no sólo las voces y demandas de su militancia, sino los procesos democráticos, donde la ciudadanía y no sólo sus correligionarios fueron los que votaron y eligieron a quienes en breve ejercerán gobernanza.

Genoveva se ha convertido en un personaje distante de los propios principios que pregona su partido, el blanquiazul.

Formada en la militancia arcaica de las servidumbres, Genoveva se refugia en la memoria onírica de quien fuera su líder moral (Rafael Moreno Valle) y el responsable de encomendarle un cargo que le ha quedado grande.

La dirigente del PAN en Puebla es hoy en día uno de los principales diques para que su partido consolide una unidad que se halla resquebrajada frente a las intentonas de esta mujer, para manejar su partido como una trastienda personal.

Como si se tratara de una proeza, Huerta se atreve a reclamarle a Eduardo Rivera Pérez, el 25 por ciento de los cargos de dirección en el próximo Ayuntamiento.

Cuando se analiza el comportamiento de estas especies políticas, se concluye que existen pocas diferencias entre todos los partidos políticos que grandes o pequeños, siguen pensando en sus militancias como negocios meramente personales.

Escuchar hablar a Genoveva Huerta y a su alfil de marras Eduardo Alcántara, es concluir que ambos tienen un acotado discurso y breve preparación para argumentar sus señalamientos que rayan en lo burdo y desfachatado.

Resulta que la dirigente del PAN en Puebla con la mano en la cintura pretende invisibilizar los 318 mil 424 votos con los que Lalo Rivera ganó la capital poblana e insistir en la intentona de cobrar derecho de piso para imponer a sus aliados en el próximo Ayuntamiento de Puebla.

El oportunismo de los sobrevivientes del morenovallismo es una de las razones para mantener vigente el cisma dentro del Partido Acción Nacional.

A Genoveva no le bastó con sus pifias al imponer candidaturas y colar a su peón Alcántara como el próximo coordinador de la bancada de diputados en el Congreso del Estado.

Ella quiere comerse la mayor parte del pastel, aunque ello implique asegurar con descarada desfachatez que existe un “acuerdo” que se niega a cumplir el alcalde electo de Puebla capital.

Hasta hace unas semanas, la dirigente del PAN en Puebla conjuraba en las oscuridades con Fernando Manzanilla.

Hoy frente al sólido triunfo de Rivera Pérez busca con terquedad imponer su “posverdad” que pocos avalan y muchos reprueban, advirtiendo que los días de Genoveva como Presidenta del PAN en Puebla, ya tienen fecha de vencimiento.

Que su obsesiva ambición, la redima.

@rubysoriano
mediatikosconsulting@gmail.com
Facebook: Mediatikos Consulting