A nuestros 79 órganos ya conocidos, habrá que sumarle en intersticio, un órgano que hace poco fue redescubierto al pasar de ser considerado un tipo de tejido aislado a ser un órgano, una red de espacios llenos de líquido debajo de la piel y revistiendo otros múltiples órganos por todo el cuerpo.

No es la primera vez que los avances tecnológicos nos hacen redescodificar el cuerpo, tan sólo en 2017 un estudio publicado en The Lancet confirmó los hallazgos de un trabajo anterior publicado en 2012, y también los del mismísimo Leonardo Da Vinci: el mesenterio, un pliegue de tejido entre los intestinos y la pared abdominal.

Fue la publicación Scientific Reports la cual obligó a la comunidad científica a reconsiderar lo que se sabía del cuerpo.

El intersticio durante muchos años fue considerado un “espacio”, una “pared” existente entre los tejidos de todo el cuerpo, tanto debajo de la piel como recubriendo los órganos.

Sin embargo, ahora se sabe que es una compleja red de espacios con líquido en su interior, interconectados entre sí, y recubiertos de haces de colágeno.

Estos espacios llenos de líquidos pasaron desapercibidos durante muchos años, pues los procedimientos tradicionales para investigar células los hacía colapsar al momento de fijarlos en un portaobjetos para observarlos en el microscopio.

De momento el intersticio no es un órgano oficial, ya que se requiere un consenso en torno a la idea de que se pueda denominar “órgano”, y para tal consenso se requieren más investigaciones al respecto.