Invertebrados, opacos y silenciosos
Puebla perdió la batalla; hoy está tomada por el crimen organizado.
La batalla se perdió desde el momento en que la percepción dejó de ser tal, para convertirse en la cruda y doliente realidad.
Las organizaciones delictivas tomaron Puebla y es difícil que la suelten.
El reciente asesinato del empresario Efrén Ramírez Maldonado, dueño de Joyerías London confirmó el silencio ominoso de sus pares, quienes timoratos apenas se atreven a solicitar minucias y mantenerse blandos frente a lo que ocurre en Puebla.
Ni porque tocaron a un integrante de su gremio, los organismos empresariales reaccionaron como quizá se hubiera esperado de los hombres de negocios indignados, porque mataron a uno de los suyos, pero sobre todo, hartos de lo que la capital y el estado enfrentan en materia de violencia.
Los organismos empresariales poblanos, ya no representan ni a su propia colonia.
No hay una vertebración ni siquiera en sus discursos, acciones y mucho menos tienen estrategia. Es vergonzoso ver el desempeño de los dirigentes patronales, quienes son zalameros y se comportan como staff de los eventos gubernamentales.
Ojalá pusieran el dedo en la llaga para señalar, exigir, increpar, pero no sucede así.
Y es el viejo estilo de la duplicidad del ala yunquista empresarial poblana, donde se mantiene la mordaza a conveniencia y en sus diferentes niveles.
En los organismos empresariales parecen tener sólo gerencias, porque las familias custodias son las que determinan quién habla y qué se dice. Esto no es nuevo, es la máxima que han aplicado siempre, acompañada de mucha simulación.
“Los Santones” son los que aplican la conveniente mordaza para que sus familiares y algunos de sus agremiados sigan haciendo negocios y más negocios con los gobiernos en turno.
La tibieza del sector empresarial es ofensiva, equiparable a la infame ignorancia intencionada de sus alfiles azules panistas.
La oleada empresarial salió de manera tardía y con una estrategia errática. Durante la conferencia de prensa que dieron de manera conjunta, el empresario Rubén Contreras quiso desmarcarse de la tibieza de sus pares, aunque ojalá a este mismo empresario lo hubiéramos escuchado con ese discurso “crítico” en otros sexenios.
Beatriz Camacho, presidenta de Coparmex le apostó al diálogo, remarcó la importancia de frenar la infiltración de delincuentes en las corporaciones de seguridad, para lo que propuso la creación de otro de esos consejos que en la sociedad sabemos son grandes elefantes blancos. Ella solicitó la creación del Consejo Estatal de Seguridad y Justicia.
En tanto, Héctor Sánchez Morales, dirigente del Consejo Coordinador Empresarial de Puebla mantuvo esa línea bajísima de un organismo que ha perdido la categoría, la representatividad y el discurso.
En verdad, una novela muy desafortunada la que hoy vive el sector empresarial en Puebla.
Pero esto no es todo, no, no lo es.
¿Dónde están el resto de las voces azules o de la llamada oposición?
Ah pues estas vocecillas se esperaron a que los empresarios salieran a tropezarse para unirse a la caída.
La dirigencia estatal del PAN liderada por Mario Riestra salió con un comunicado blandito, cuidadito y frágil. Ojalá hablaran como la oposición que fueron hace muchos años. El contexto de hoy es peor porque Puebla ha sido tomada por la delincuencia organizada y la oposición azul se ha convertido en una gran broma política de una fuerte simulación.
Están agazapados, temerosos y timoratos. Sus diputados hoy son una caricatura legislativa que ha quedado invisibilizada y sin credibilidad.
La Puebla crítica de los empresarios respondones, fajadores, desafiantes, murió hace años, con el arribo de los hijos, los mercaderes de los contratos, las licitaciones y las asignaciones.
No hay organismos intermedios en Puebla. Hay una gran burocracia patronal donde varias voces críticas empiezan a cuestionar el pago de cuotas, pues además tienen que desembolsar el costo de las comidas de Consejo, cuya sede la tiene como franquicia exclusiva el Rancho de Jorge Espina Reyes.
El sector privado en Puebla refleja una involución. Esta élite hoy no nos sirve a una ciudadanía que busca a gritos nuevas formas de interlocución para actuar y no para sentarse a dilucidar.
Un empresario perdió la vida en un asalto violento. Las desapariciones siguen al alza.
Las extorsiones repuntan sin que alguien pueda detenerlas. Y los feminicidios son motivo de alarma.
Mientras esto ocurre, los gobiernos se funden en discursos opacos y plagados de trivialidades donde nos queda claro: En Puebla se perdió la batalla; hoy somos una entidad más, donde las organizaciones delictivas, empezaron a gobernar.
@rubysoriano @alquimiapoder
Autor
Ruby Soriano
Consultora en comunicación política, gestión gubernamental y campañas electorales. CEO Mediatikos Consulting. Analista de la política y la comunicación con ironía.
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