Académicos de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas (FCFM) de la BUAP trabajan en dos investigaciones para comprender los efectos de la radiación ionizante en tejido biológico y de esta manera mejorar los tratamientos actuales contra el cáncer.

Uno de los proyectos busca definir cuál es el nivel de radiación al que puede ser sometido un individuo, así como el mejor tratamiento.

Lo anterior se ha logrado a través de un modelo molecular de ADN, usando el software de simulación Geant4, a partir del método Monte Carlo, el cual les permite obtener un escenario virtual de cómo la radiación ionizante interacciona con las moléculas de ADN y los daños complejos que les causa, inhibiendo su capacidad de reparación.

Por otra parte, Eduardo Moreno Barbosa, doctor en Física Aplicada por la BUAP, dio a conocer otra investigación que sustentan llamada braquiterapia, la cual también está basada en la simulación Monte Carlo.

Con la braquiterapia se introducen semillas radioactivas dentro de tumores cancerígenos, por medio de una cirugía, aplicadores o catéteres.

Explicó que la terapia permitiría que las partículas cargadas de las semillas sean redirigidas al aplicarle un campo magnético, como el que produce una resonancia magnética.

Ello permitiría modular el campo magnético para concentrar la radiación o redistribuir su forma al atacar un tumor cancerígeno.

 

Protección radiología

Por otro lado, integrantes del cuerpo académico de Física Médica de la FCFM han iniciado una simulación para estimar las características de la infraestructura y las instalaciones en las que se realiza protonterapia.

Lo anterior, porque dicho tratamiento genera una radiación secundaria que también afecta a las personas que se encuentran cerca del paciente.

Con ello se busca saber qué tan gruesas tienen que ser las paredes y el tipo de material, para asegurar que las partículas secundarias que se generan durante las terapias no lleguen a quienes son ajenos a estas, o bien que la radiación no sobrepase los niveles que puede soportar una persona a nivel ambiente y no haya repercusiones con el tiempo.

De esta forma se busca garantizar la protección radiológica de los trabajadores, médicos, químicos y físicos, así como de las personas que viven cerca o pasan con frecuencia por lugares donde se haga este tipo de prácticas.