Tal como lo adelantó Gabriel Biestro, Jacinto Herrera Serrallonga salió “por la puerta de atrás” de la Presidencia del Instituto Estatal Electoral del Estado de Puebla. Fue, a juicio también de Biestro Medinilla, un “gesto de dignidad” su renuncia.

Benditas redes sociales”, a través de su cuenta de twitter, los poblanos, incluida la clase política, nos enteramos de la renuncia del funcionario electoral y por ellas mismas supimos, de acuerdo al juicio de Herrera Serrallonga, que por “razones personales” se iba y que estaba convencido que Él y sus colegas consejeros actuaron “con rectitud” en los procesos electorales que dirigieron y calificaron.

Cuatro años al servicio del proyecto político de Rafael, ejercidos “con rectitud” tuvieron un final feliz con “razones personales”.

¿Por dignidad? ¿Por razones personales?

Raro. Sospechoso.

Joaquín Rubio Sanchez, Vocal Ejecutivo del Instituto Nacional Electoral afirmó que aunque Herrera Serrallonga renunció al IEE, la investigación por supuesto fraude electoral en su contra debería continuar.

Hace unos días, Beatriz Claudia Zavala Pérez, consejera del Instituto Nacional Electoral ha referido que los procedimientos en contra de Jacinto Herrera se “sobreseen” toda vez que ha renunciado.

Pues bien, recurriendo a el contenido de la salida legal que han dado al sospechoso, 

el “sobreseimiento (que proviene del latín supersedere) es un tipo de resolución judicial que dicta un juez o un tribunal, suspendiendo un proceso por falta de causas que justifiquen la acción de la justicia. Habitualmente es una institución del derecho procesal penal.”

¿Pacto? ¿Acuerdo político? 

Así parece.

Te vas, renuncias y ahí muere”.

Pues si, “por la puerta de atrás”, pero todas las triquiñuelas no causan penas.

A toda madre.

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