De libros y más

Cuando tú te hayas ido
me envolverán las sombras;
cuando tú te hayas ido,
con mi dolor a solas,
evocaré este idilio
con sus azules horas.

Cuando tú te hayas ido. Rosario Sansores

Dicen que todo llega en el momento preciso, incluso los libros. Al menos, así le ocurrió a la escritora Rosa Montero hace algunos años cuando escribía su nueva novela y al mismo tiempo pasaba el duelo por la muerte de su marido; en esos días, su editora le hizo llegar un pequeño diario escrito por la científica Marie Curie.

Marya Sklodowska o Marie Curie, es conocida por su descubrimiento del radio, un elemento químico que a la postre le causó la muerte, ya que poco se sabía de las consecuencias que podía producir el contacto directo. Junto con su marido, Pierre, dedicó gran parte de su vida al estudio de la ciencia, convirtiéndose en la primera persona que fue galardonada con dos premios Nobel en distintas especialidades -Física y Química-.

Madame Curie, también fue una mujer enamorada y -definitivamente- correspondida. Pierre Curie, encontró en ella su alma gemela, y unieron sus talentos para lograr grandes descubrimientos, pero poco se sabe del gran amor que se profesaban.

Cuando Pierre Curie muere víctima de un accidente, el dolor se apodera de su mujer y ella, decide escribir un diario de duelo, en esos textos, narra los últimos días de convivencia con su marido y plasma sus reflexiones. Al respecto, escribe Rosa Montero:

«Marie apunta con obsesivo detalle los últimos días que vivió con Pierre, sus últimos actos, las últimas palabras. Es la incredulidad ante la tragedia: la vida fluía, tan normal y, de pronto, el abismo. La Muerte mancha también nuestros recuerdos: no soportamos rememorar nuestra ignorancia, nuestra inocencia.»

A raíz de la lectura de este diario, y de muchas investigaciones que la escritora realiza sobre la vida de Marie Curie, Rosa Montero, decide dar un giro a la novela que ya había iniciado y escribe una hermosa obra en la que sus pensamientos parecen confundirse con los de la científica, ya que el sentimiento es el mismo: el duelo.

En La ridícula idea de no volver a verte, Rosa Montero, reflexiona sobre el dolor que produce la pérdida de un ser querido y el modo de afrontarlo; pero más que de la muerte, se trata de entender la pérdida y de aceptar la ausencia.

En palabras de la autora: “La literatura es un arma poderosa contra el mal y el dolor”, y esto funciona tanto para el que escribe como para el que lee, ya que, a través de las páginas de esta obra, quedan plasmados los sentimientos que todos los que hemos perdido a un ser querido compartimos. Al leer, La ridícula idea de no volver a verte, es posible encontrar algún alivio al dolor, y no se trata de un libro de los llamados de “autoayuda”, aunque, a fin de cuentas, algo de ese efecto produce; es una maravillosa novela-ensayo, en la que Rosa Montero, partiendo de la historia de la científica, nos comparte sus propias vivencias, dolores y reflexiones ante la muerte.

«Con una muerte así, como la de Pierre; con un diagnóstico así, como el de Pablo, el mundo se derrumba. Y, desde las ruinas, tú te obsesionas en darle vueltas y vueltas al instante anterior al terremoto. ¡Si lo hubiera sabido!, te dices. Pero no, no sabías.»

Leer a Rosa, es como conversar con una amiga, en algunos momentos se interrumpe la lectura para hacer algún comentario en voz alta, y decirle: -sí, justamente eso es lo que he sentido-; y es que la escritora, con esa maravillosa narrativa que la caracteriza, logra plasmar sentimientos e ideas, -propios y ajenos- y ponerles orden hasta que les encontramos sentido.

«Hay que hacer algo con todo eso para que no nos destruya, con ese fragor de desesperación, con el inacabable desperdicio, con la furiosa pena de vivir cuando la vida es cruel. Los humanos nos defendemos del dolor sin sentido adornándolo con la sensatez de la belleza. Aplastamos carbones con las manos desnudas y a veces conseguimos que parezcan diamantes.»

Todos sabemos que la muerte forma parte de la vida, pero en estos días en que ronda tan espantosamente cerca de todos, y que desesperadamente tratamos de evitarla, La ridícula idea de no volver a verte -igual que cuando el diario escrito por Marie Curie, llegó a manos de la escritora- aparece en el momento justo, como un bálsamo para afrontar las ausencias y para poder seguir transitando por la vida, al menos con la impresión de sentirse comprendido y acompañado.

Si usted no ha leído a Rosa Montero, le sugiero que apresure el paso a la librería más cercana o solicite sus libros por medios electrónicos, pero léala, porque cada una de sus obras le aportará esa belleza que tan necesaria resulta para sonreír y seguir adelante por la vida.

Adriana Hernández Morales

Título: La ridícula idea de no volver a verte

Autora: Rosa Montero

Editorial: Seix Barral

(También disponible en formato electrónico)

Mi correo: adrianahernandez1924@gmail.com


Adriana Hernández, es miembro del Club Nacional de Lectura Las Aureolas, club fundado por Alejandro Aura en 1995. Es además una mujer comprometida con las causas sociales, abogada de profesión y lectora por vocación.