De libros y más

 

Declaro ante todos ustedes, que toda mi vida, ya sea larga o corta, la dedicaré a su servicio y al servicio de la gran familia imperial a la que todos pertenecemos

Fragmento del discurso pronunciado por la princesa Isabel, con motivo de su cumpleaños vigésimo primero.

Y cumplió. Isabel Alejandra María, tenía diez años de edad cuando se convirtió en heredera al trono del Reino Unido, desde entonces y hasta el día de su muerte, ya convertida en la Reina Isabel II, asumió sus deberes con responsabilidad, cumpliendo a cabalidad la promesa que hizo ante la Mancomunidad de Naciones el día que cumplió veintiún años.

Con la muerte de la Reina Isabel II se cierra un importante capítulo de la Historia, porque precisamente, ella lo escribió. Con cada uno de sus actos y su total entrega al pueblo británico, convirtió sus 70 años y 214 días de reinado en un ejemplo de vocación de servicio y dignidad.

Si bien es cierto, que las actividades de la Reina Isabel II siempre estuvieron bajo el escrutinio público, también lo es, que la soberana se distinguió por la discreción que mantuvo acerca de su vida familiar, sin embargo, precisamente ese aspecto constantemente suscitó el interés general y muy en especial, los setenta y tres años que estuvo unida en matrimonio con el príncipe Felipe de Edimburgo. A pesar de las reticencias de la Casa Real para hacer del dominio público los aspectos personales de la monarca, siempre fue evidente que su unión conyugal con el entonces príncipe de Dinamarca y Grecia, fue por amor.

La escritora Ingrid Seward, -una de las más respetadas expertas en temas de la familia real británica- en su fascinante libro Mi marido y yo, nos muestra el lado humano de la Reina Isabel II. Más allá de los deberes de la soberana, la autora presenta el difícil y delicado equilibrio que logró la pareja real -recordando que el príncipe Felipe nunca fue rey consorte- para consolidar su matrimonio a lo largo de más de siete décadas.

En un conmovedor pasaje del libro, la autora refiere el momento en que una muy joven princesa Isabel conoce al atractivo cadete y se enamora de él, hasta que años más tarde se reencuentran para dar inicio a un romance que demostró el férreo carácter que siempre tuvo la reina británica, al imponer su voluntad para lograr que, siendo la heredera al trono, convenciera a sus padres -el rey Jorge VI y la reina consorte Isabel- para que permitieran su enlace con un príncipe exiliado y sin bienes de fortuna.

«En 2016, en una subasta celebrada en Chippenham Auction Rooms, Wiltshire, se vendió por más de dieciséis mil euros una carta escrita por la reina en 1947 en la que describía cómo, siendo aún una joven princesa Isabel, se había enamorado del príncipe Felipe.

[…]

—La primera ocasión en que recuerdo haber visto a Felipe fue en la Real Escuela Naval de Dartmouth, en julio de 1939, justo antes de que comenzara la guerra. (Tal vez nos viéramos antes, en la coronación o en la boda de la duquesa de Kent, pero no lo recuerdo).

Yo tenía trece años, y él, dieciocho; era un cadete a punto de embarcarse. Ingresó en la marina al estallar la guerra, y yo solo lo vi de forma muy ocasional, cuando estaba de permiso, creo que unas dos veces en tres años. Después, cuando sus tíos, lord y lady Mountbatten, se encontraban fuera, él pasó varios fines de semana con nosotros en el castillo de Windsor. Más tarde, se embarcó para el Pacífico y el Lejano Oriente durante dos años, como todo el mundo sabrá.

Comenzamos a vernos con más frecuencia cuando Felipe aceptó un trabajo de dos años en la Real Escuela de Contramaestres de la Marina Real, en Corsham; antes de eso apenas nos conocíamos. Pasó fines de semana con nosotros y, mientras la escuela se encontraba cerrada, estuvo seis semanas en Balmoral: ¡fue una suerte que lo destinaran en tierra! A ambos nos encantaba bailar: íbamos a Ciro’s y Quaglino’s y a otras fiestas.»

Mi marido y yo, es un libro sumamente entretenido, muy bien documentado, que, además de relatar la historia del largo matrimonio de la Reina Isabel II con el príncipe Felipe, nos deja conocer el lado humano de la fallecida monarca, permitiéndonos atisbar en algunos aspectos de su vida familiar, además de estar acompañado de algunas fotografías poco conocidas que recorren las distintas etapas de la vida de este singular matrimonio.

«… en los meses transcurridos desde la muerte de mi amado Felipe me ha reconfortado la calidez y el afecto de los numerosos homenajes a su vida y obra, procedentes de todo el país, la Mancomunidad de Naciones y el mundo.

Su sentido de servicio, curiosidad intelectual y capacidad para divertirse en cualquier situación eran incontenibles. Ese brillo travieso e inquisitivo fue tan brillante al final como cuando lo vi por primera vez».

Fragmento del discurso de Navidad de la Reina Isabel II, 2021.

Adriana Hernández Morales

 

Título: Mi marido y yo

Autora: Ingrid Seward

Editorial: Aguilar de Penguin Random House Grupo Editorial

(También disponible en formato electrónico).

Mi correo: adrianahernandez1924@gmail.com


Adriana Hernández, es miembro del Club Nacional de Lectura Las Aureolas, club fundado por Alejandro Aura en 1995. Es además una mujer comprometida con las causas sociales, abogada de profesión y lectora por vocación.