Irene Bermejo

Tras huir de bombardeos, niños sirios aprenden en una escuela improvisada en una tienda de campaña a las afueras de un extenso en el campamento de refugiados, en la frontera con Turquía.

Lo anterior debido a que muchos huyeron de sus hogares, junto a sus madres, para salvar sus vidas ante los intensos bombardeos aéreos de los aviones sirios y rusos que paralizaron la vida cotidiana y dañaron docenas de escuelas y hospitales.

En un campamento cercano en Al-Bab, ciudad de Siria, voluntarios han convertido un autobús escolar en el Autobús del Conocimiento.

En el interior de este autobús decorado, unos 50 niños y niñas de hasta cinco años de edad reciben lecciones de matemáticas, conocimientos prácticos, árabe y religión.

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El organismo de las Naciones Unidas para la infancia, UNICEF, advirtió que la guerra dejará una generación que nunca se habrá matriculado en una escuela, lo que tendrá un efecto devastador en la educación, con 7 mil escuelas destruidas y alrededor de 2 millones de niños y niñas sin escolarizar.

Las mujeres y los niños constituyen el grueso de las más de 350 mil personas que han huido de los nuevos ataques, que se iniciaron en diciembre y se han adentrado en el bastión de la oposición siria en el noroeste, según Naciones Unidas.