Gabriela Xelano

Horas después de que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) alertara que la presa Manuel Ávila Camacho (Valsequillo) por primera vez en muchos años llegó al 99.37 por ciento de su capacidad, Miguel Barbosa Huerta, gobernador de Puebla, ordenó a la Secretaría de Gobernación estatal un dictamen de los posibles daños que causará la apertura de las compuertas de la presa.

En el dictamen también debe considerarse el desalojo de personas, la reubicación de pacientes y la suspensión de clases en las comunidades que puedan verse afectadas por esta medida.

Se prevé que sean 13 localidades de 7 municipios las que podrían verse afectadas y la prioridad es que en Puebla “no nos va a pasar lo de Tula”, donde 17 personas murieron a causa del desbordamiento de un río.

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Por ello, además de la evaluación técnica, personal de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) y el Soapap están vigilantes del caudal del Río Atoyac y las inmediaciones de la presa, además que se cuenta con los camiones y bombas de achique para generar respuesta inmediata en caso de un desbordamiento que provoque afectaciones.

En tanto, Ana Lucía Hill Mayoral, secretaria de Gobernación, confirmó que son 13 las comunidades en riesgo: Tepenene, en Tzicatlacoyan; Barrio Los Cañaderos, en Atoyatempan; Barrio de San Juan, en Molcaxac; Barrios de La Cruz y San Vicente, así como la inspectoría de Zaragoza, en Coatzingo.

Copalcotitla, en Huatlatlauca; Francisco Ferrer y Tejalpa, en Tehuitzingo; Platanoaya, en Ahuatlan, además de El Calvario, Cuautla y Ahuatepec, en Tecali de Herrera.