Claudia Morales

Queridos lectores, es un placer tener un acercamiento con ustedes cada semana, y con todo este tema de la pandemia, y términos como la nueva normalidad, me preguntaba ¿mi hijo que acaba de cumplir 4 años, sabrá que es la nueva normalidad?, es más le toco vivir de forma consiente lo que se consideraba normal. Acudíamos a parques, centros comerciales, natación, lo lleve a bailar rock and roll, teatro, cine, áreas de niños, escuela donde la principal función es socializar, pues el ser humano es 100% sociable.

Hoy intenté ir a una tienda grande a comprar los útiles que utilizará para su siguiente año escolar (Kinder II) y fue imposible entrar, en principio él no podía accesar, había fila de 20 personas afuera, tomaban la temperatura y ponían alcohol en manos y zapatos, por supuesto nosotros íbamos forrados de pies a cabeza, pero opté por regresarme a casa e ir después yo sola.

Al principio de toda esta epidemia, todo el tiempo quería salir a una tienda departamental o ir al parque, hoy después de 4 meses, no quiere salir a la calle, le digo “vamos al parque” y me dice “estoy un poco cansado”, y es inagotable. Por supuesto aprendió a utilizar tablets y otros dispositivos electrónicos a la perfección, ve películas y le encantan los videojuegos, no era mi ideal para mi hijo, pero las circunstancias se dieron.

Es necesario recordar una frase del filósofo Aristóteles (384-322, a. de C.) “El hombre es un ser social por naturaleza”, según este filósofo se “es” en tanto se “co-es”. Esto significa que cada hombre posee una dimensión individual que desarrolla su personalidad o su “ser”, y que dicha dimensión está integrada en la dimensión social del hombre, para la convivencia en comunidad desde que nace, resultando en la coexistencia.

La dimensión individual del hombre son las cualidades que el hombre posee, reconoce, explora y usa para convivir en comunidad pacíficamente y beneficiarse los unos a los otros. La dimensión individual, donde radica el ser, debe aprender a concordar con la dimensión social para convivir en sociedad. Este aprendizaje se llama proceso de sociabilización.

El proceso de sociabilización es el conjunto de aprendizajes que el hombre necesita para relacionarse con autonomía, autorrealización y autorregulación dentro de una sociedad. Por ejemplo, la incorporación de normas de conductas, el lenguaje, la cultura, etc. En suma, aprendemos elementos para mejorar la capacidad de comunicación y la capacidad de relacionarnos en comunidad.

¿Cómo le diremos a nuestros hijos ahora que retomen sus clases, “no te puedes quitar el cubre bocas, no te puedes acercar a tus compañeros, no puedes tocar a nadie”?, las maestras no podrán dar un abrazo de consuelo cuando lo necesite, como puede comprender un niño esta “nueva normalidad”, si se aprende explorando, tocando, reconociendo, experimentando las emociones en la convivencia con los otros, el autocontrol y regulación, etc.

Jamás imagine que mi hijo viviría en un mundo utópico, pero tampoco distópico.

Tratamos en casa de darle mucho amor, de tocarlo, de dejarle que tire, que toque, que experimente, pero necesita el contacto con otros niños. Enfrente de la casa hay una niña de 5 años llamada Rebeca, supimos su nombre porque ellos se comunicaban a gritos de ventana a ventana, se mostraban sus juguetes, mi hijo estuvo mucho tiempo viendo a la calle esperando poder verla para compartir unos minutos con ella.

Esperemos que todo esto pase pronto y podamos regresar mejorados a una nueva sociedad.

Espero sus comentarios a mi correo electrónico claudiamor_26@yahoo.com.mx y en Twitter @claudiamor20