Entre los grandes teóricos que modificaron la configuración política e ideológica del mundo en el siglo XX, figura este hombre de austeridad inflexible y absoluta modestia, que se quejaba del título de Mahatma (‘Gran Alma’) que le había dado, contra su voluntad, el poeta Rabindranath Tagore. En un país en que la política era sinónimo de corrupción, Gandhi introdujo la ética en ese dominio a través de la prédica y el ejemplo. Vivió en una pobreza sin paliativos, jamás concedió prebendas a sus familiares, y rechazó siempre el poder político, antes y después de la liberación de la India. Este rechazo convirtió al líder de la no-violencia en un caso único entre los revolucionarios de todos los tiempos.

Este hombre ha sido ejemplo a seguir por algunos hombres y en esta ocasión quiero reproducir algunos de sus pensamientos que para mí tienen gran aplicación en nuestro tiempo:

“No puedo tolerar la menor concesión a la mentira. Estoy dispuesto a rechazar todo lo que se consiga con mengua de la verdad y, por otra parte, estoy convencido de que no hay mas religión que la verdad”.

Gandhi fue siempre un ardiente defensor de la verdad. Se trataba de una verdad que cada uno debía buscar de acuerdo con su entendimiento y su inteligencia para luego aplicarla a todos los actos de la vida. La verdad era para él como una brújula que guiaba las actividades esenciales de su vida en lo político, lo social, lo religioso, lo familiar y lo personal. En su etapa de estudiante jamás cometió un fraude. Cuando trabajó como abogado en Sudáfrica si se enteraba que un cliente le había mentido no lo defendía, y si este le había pagado algún dinero por adelantado se lo devolvía.

“También seria inconcebible encontrar en mis escritos una sola palabra de odio. ¿no es el amor lo que hace vivir al mundo? No hay vida donde no está presente el amor… La vida sin amor conduce a la muerte. El amor y la verdad representan dos caras de una misma medalla… Estoy seguro de que por medio de estas dos fuerzas se puede conquistar al mundo entero”.

El amor era para Gandhi el otro de los principios fundamentales que guiaban su vida. La verdad y el amor él los consideraba unidos, ambos formaban una unidad inseparable. La verdad era como el fin, el objetivo, la meta y el amor era como el medio, la vía o el camino para llegar a la verdad. En su opinión no se podían conseguir fines u objetivos correctos utilizando para conseguirlos los medios que no lo fueran. Los fines buenos o nobles había que conseguirlos con medios también nobles. La verdad y el amor fueron como las rutas principales que guiaron la vida de Gandhi.

“La mujer es la compañera del hombre, dotada de las mismas capacidades mentales. Ella tiene derecho a participar en los más mínimos detalles en las actividades del hombre, y tiene el mismo derecho que él a la libertad”.

Gandhi fue muy respetuoso de la mujer. En las etapas en las que él durante varios años visitó miles y miles de pueblos en los campos de su país, entre sus prédicas no faltaba la defensa de los derechos de la mujer, exponía que la mujer tenía los mismos derechos que el hombre.

“La religión es un solo árbol con muchas ramas. Si no vemos mas que las ramas, diremos que hay muchas religiones, pero si vemos todo el árbol, comprenderemos que hay una sola religión”.

Gandhi fue ante todo y sobre todo profundamente religioso. Él identificaba su religión con la verdad, a su Dios con la verdad. Para él la cuestión de los cultos debía ser un asunto puramente personal, algo individual y el Estado debía ser laico, esto es, no tener ninguna religión.

La no-violencia y la cobardía son términos contrarios. La no-violencia es la mayor virtud, la cobardía es el mayor vicio. La no-violencia siempre sufre, la cobardía provoca sufrimiento. La no-violencia perfecta es la mayor valentía. La conducta no violenta no es desnaturalizante, la cobardía siempre lo es”.

La no-violencia, resistencia pasiva o resistencia no violenta eran términos que Gandhi utilizaba unidos al amor como medio único para llegar a la verdad. En tiempos de Gandhi algunos de sus enemigos definieron el término no-violencia como sinónimo de cobardía, él lo rechazó de plano y con su ejemplo personal demostraba que en él no había un ápice de cobardía.

Cuando era estudiante tuve la oportunidad de conocer y convivir con compañeros y amigos con grandes talentos, cognitivamente hablando, que en verdad pensé triunfarían en la vida, algunos lo consiguieron, llevan una vida útil, ordenada y feliz; desafortunadamente el tiempo también me mostró como terminan personas carentes de valores elementales, quizá tuvieron una infancia dolorosa que los condujo a tener pensamientos y ambiciones mal encaminadas, palabras y actos de mal juicio, traicionaron a todos: amigos, jefes, parejas, familia, estafaron y robaron a quienes confiaron en ellos, ese comportamiento lo hicieron costumbre, empeorando con los años, y fue triste ver como perdieron tantas oportunidades, la capacidad de crecer en todos los aspectos, su brillante destino quedo obscurecido con la triste realidad de su final.

Comparto con ustedes uno de mis pensamientos favoritos de Gandhi, espero les sea de utilidad:

“Cuida tus pensamientos porque se volverán palabras.
Cuida tus palabras porque se volverán actos.
Cuida tus actos porque se harán costumbre.
Cuida tus costumbres porque forjaran tu carácter.
Cuida tu carácter porque formará tu destino.
Y tu destino será tu vida”

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