Por Claudia Morales B.

Hace algún tiempo, en una reunión comentaba con un amigo la frase del famosísimo filósofo René Descartes, PIENSO LUEGO EXISTO, y más bien salió a colación aplicándola como una cuchufleta, pues al referirnos a cierto invitado considerábamos que primero existía y luego pensaba; motivo por el cual, surgió la idea de escribir el presente artículo.

Como siempre iniciaré proporcionando la definición de cada palabra. Según el Diccionario de la Real Academia Española define, pensar, como:

1. tr. Imaginar, considerar o discurrir.

2. tr. Reflexionar, examinar con cuidado algo para formar dictamen.

3. tr. Intentar o formar ánimo de hacer algo.

Y la palabra existir:

1. intr. Dicho de una cosa: Ser real y verdadera.

2. intr. Tener vida.

3. intr. Haber, estar, hallarse.

De tal forma que la famosa frase de Descartes: pienso, seguida del adverbio de tiempo, luego, y existo al final, significarían, qué para ser real y verdadero, es decir, para que se tenga vida, se debe primero reflexionar, examinar con cuidado algo para formarse un dictamen respecto a una cosa, o considerarlo  o discurrir en él. Bajo ese entendido, si no se piensa, no se existe, luego entonces, como somos tantas personas en este planeta? No creo que todos primero pensemos nuestros actos antes de realizarlos  y después existamos.

Algunas personas comentan que en la actualidad  no nos podemos dar el lujo de ¿ pensar  y luego existir?  Pues argumentan que la modernidad nos implica a  actuar, luego pensar… ¿por qué hemos llegado a una faceta tan desgastante, que ya no tenemos tiempo para pensar?.  Vivimos tan de prisa, tan estresados, desarrollando una cantidad enorme de actividades  en un mismo día, dígase en la oficina, casa, universidad o cualquiera que sea la forma de vivir de cada uno de nosotros, que poco a poco, sin darnos cuenta, casi como autómatas, como simples maquinas, actuamos y actuamos, sin que la razón, (¡ah esa bendita razón ¡) que fue depositada en cada ser racional exista, al menos.

Creo que es necesario hacer un alto y preguntarnos ¿por qué debemos vivir en un mundo que va con tanta rapidez? sí las horas del día siguen siendo 24, el año tiene 12 meses  y las estaciones son las mismas, ¿por qué, a que se debe?…el tiempo no cambia, somos nosotros en nuestro afán de ser los primeros en todo, el complejo ser humano que no descansa, que quiere realizar la trascendencia del humano mediante la clonación, al mismo tiempo que científicos en todo el mundo elaboran  bombas, virus o medios de destrucción masiva para  diseminar a la humanidad.

Reconozco que debido a esa rapidez en la que vivimos, no había podido escribir, pues ésta es una de las actividades que mas disfruto, ya que me permite ordenar mis ideas, discernir, reflexionar, discurrir, inferir, además de resultar catártico.

Por eso hoy te propongo reflexiones y te contestes con honestidad ¿Estoy contento conmigo, que clase de persona soy, me siento satisfecho con lo que hago, soy empático? Concéntrate en el hoy y el ahora, cuando se es feliz se disfruta cada momento, un baño de agua caliente, el viento, el sol, las gotas de lluvia, deja de pensar en el reloj que cruelmente te dice que tu tiempo esta caducando. Sé más sensible, en verdad siempre valdrá la pena sentir tu corazón contento lleno de Dios, y la serenidad de mente y espíritu no tiene precio.

Espero sus comentarios a mi correo electrónico claudiamor_26@yahoo.com.mxy y en Twitter @claudiamor20