La Puebla de los feminicidios nos convierte en un referente vergonzoso que expone impunidad, violencia, invisibilidad y el riesgo para muchas de las mujeres que habitamos en una entidad que se ha convertido en rehén de la delincuencia.

A días de conmemorar el Día de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, se hace necesario hablar una y otra vez, de todas las mujeres que en los últimos 11 meses han perdido la vida en Puebla, como consecuencia de la violencia, en la mayoría de los casos, ejercida por sus propias parejas.

Este fin de semana, dos mujeres (Claudia y Susana) fueron sepultadas, ambas víctimas de feminicidio en Puebla.

Mientras en el Gobierno Estatal están muy ocupados en la repartición de candidaturas y en el Gobierno Municipal colocan sus banderitas y politizan la prostitución, la muerte de mujeres en la entidad, es un cronómetro donde el conteo es doliente y lastimoso frente a los discursos desgastados.

Que la indignación nos siga moviendo para visibilizar los actos de violencia y exhibir la inoperancia de funcionarias y secretarias de género que sirven sólo para emplear parientes, cobrar salarios y simular un trabajo que está muy lejos de llegar a las poblanas que enfrentan violencia o que demandan acompañamiento, ayuda e impartición de justicia, para frenar el riesgo de perecer en manos de sus violentadores.

¿Dónde quedaron las alertas de género en Puebla?

¿Que las señoras responsables del tema nos digan qué han hecho, dónde han ayudado, a quiénes han logrado rescatar de manos de sus agresores, con quiénes se han solidarizado para buscar a mujeres desaparecidas que pueden ser encontradas en los próximos días como nuevas víctimas de feminicidios?

Estamos frente a una horda de simuladores burocratizados donde importa cobrar el salario y cumplir con la declaración escueta que hoy los ridiculiza frente a la dureza de las muertes de decenas de mujeres en Puebla.

Las recientes fotos que circularon en redes sociales exhibiendo la crudeza de la muerte de mujeres, nos rebasa a todos como sociedad.

Tenemos gobiernos plagados de misoginia que no se cansan de ignorar la urgencia de poner en marcha un plan emergente que prevenga, informe, acompañe y agilice las denuncias de mujeres violentadas.

A todos ellos se les olvida que en menos de mes y medio, los tendremos recorriendo colonias y convocando a reuniones de “mujeres”.

Con qué cara promoverán su oferta electoral, cuando sabemos de su política de salivazo militante, donde la mujer es utilizada sólo en tiempos electorales para explotar la oferta partidista, pero después se regresa a la misma ignominia de enfrentar a gobernantes hoscos e ignorantes en materia de género.

¿Dónde quedaron las mujeres que desde los gobiernos dijeron que cambiarían la política de género en Puebla?

Que la estadística no nos rebase, ni nos intimide para seguir exhibiendo a quienes hoy ignoran la muerte de decenas de mujeres en esta Puebla de la violencia y los feminicidios.

@rubysoriano
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