Por Ruby Soriano

Lo que ha ocurrido en el Sindicato Independiente de Trabajadores de Volkswagen de México es muestra de los excesos que la dirigencia saliente encabezada por Juan Hernández López cometió con presunción y dolo.

El desfalco por más de 22 millones de pesos, una evasión de impuestos superior a 17 millones de pesos, embargos de inmuebles sindicales, convenios signados con arbitrariedad para pactar negocios personales y un desorden administrativo descomunal son sólo el primer parte de guerra de la nueva dirigencia que arriba a un Sitiavw resquebrajado y en banca rota.

Sin duda alguna, Hugo Tlalpan y su Comité Ejecutivo Sindical se sacaron la rifa del tigre, luego de ganar una elección muy competida donde los más de 7 mil trabajadores le dieron un voto de confianza a Justicia Laboral que en el nombre lleva la misión que generó expectativas muy altas.

Desafortunadamente, el saqueo no es nuevo para el sindicato de la automotriz, pues a pesar de tener un historial de lucha y resistencia, varios de los que pasaron por los Comités Ejecutivos, aplicaron una administración como si se tratara de la caja chica de un grupúsculo de amigos.

Hay huellas del oscuro sindicalismo “vochero” que hicieron historia, tal como la del inefable Gaspar Bueno Aguirre, quien, al más puro estilo matón, se rodeaba de hampones, un séquito de escoltas y de la compra de suntuosos regalos para algunas de las entonces reporteras de la fuente sindical.

Juan Hernández le rindió homenaje a esos tiempos y aplicó su propio charrismo en el que aún se veía 4 años más con chequera sindical abierta para seguir saqueando el patrimonio de los obreros.

Los trabajadores sindicalizados de la armadora alemana han gestado un propio estilo de sindicalismo. A veces cerrados, testarudos, proclives a encerrarse en una burbuja donde ellos y su sindicato transitan sin abrir las puertas a la información.

Hay buenas señales con el arribo de la nueva dirigencia en el Sitiavw, pues tomar el toro por los cuernos y empujar una auditoría no es algo menor, más aún, cuando estamos en un país donde difícilmente se les piden cuentas a esos sempiternos líderes que con todo descaro y de mano de la política, han vaciado las arcas de organizaciones de trabajadores mineros, ferrocarrileros, magisterio, periodistas, etc.

El sindicalismo en México al igual que la política siguen inmersos en un vaivén de avances y retrocesos.

La pluralidad de ideas y la libre expresión de opiniones al interior de una base sindicalizada debe darse desde la suma de propuestas y acciones que empujen y respalden a sus representantes gremiales.

Los trabajadores de Volkswagen también deben evolucionar para combatir la grilla interna y aplicar la madurez de nuevos tiempos, donde dejen de usar arietes digitales externos para decir lo que ellos no se animan a decirle de frente a sus nuevos liderazgos.

Los tiempos de Tlalpan

Hugo Tlalpan, el nuevo dirigente sindical del Sitiavw no es primerizo en los temas sindicales. Su antigüedad en la planta respalda un conocimiento que tendrá que demostrar con estrategia e inteligencia, pues reitero, generó expectativas muy altas para tomar las riendas de un sindicato donde no es sólo rendición de cuentas, también es transparencia, inclusión, pero sobre todo MODERNIDAD SINDICAL.

Si el nuevo líder empieza a hacer las cosas como “se estilan”, se acostumbran, corre el riesgo de encasillarse en la gran bola de nieve que de manera inmediata representa la auditoría, sus resultados y sus consecuencias.

Tlalpan y su Comité deben empezar a transitar como una maquinaria de múltiples engranes a los que hay que aceitar de manera simultánea, pues estamos frente al arribo de meses claves, donde la clase trabajadora de Volkswagen de México, debe jugar un papel determinante en las decisiones políticas y económicas del país.

El nuevo Sitiavw deberá cuidar todos los frentes para evitar “politizar” o teñir de un color partidista la llamada autonomía de una organización que deberá abrirse con equidad y propuestas para la vorágine electoral que se avecina en Puebla y en México.

Asimismo, deberán empezar a maniobrar los asuntos menores que aquejan la inmediatez de las demandas de trabajadores tales como préstamos, tramitología, entrada de eventuales etc.

Sin duda, el rumbo hacia la primera revisión contractual de esta nueva dirigencia sindical debe dar muestra de nuevos tiempos.

La modernidad sindical no se construye recurriendo a la politización de sindicatos. Esta modernidad reclama apertura, una nueva visión de liderazgo y por supuesto la inclusión de más mujeres.

Escarmiento o vendettas

Los próximos meses serán como un barómetro para medir el rendimiento de los primeros 100 días de la nueva dirigencia en el Sitiavw.

La figura de Juan Hernández es la cabeza visible a la que habrá que fincarle los respectivos delitos que se lleguen a documentar. Sin embargo, también están los integrantes de su Comité y particularmente el área de la tesorería desde donde se articularon muchos desvíos.  

Emprender acciones jurídicas y legales que sean procedentes serán claves para responder a las expectativas de una base trabajadora que está en espera de saber cómo se fincarán responsabilidades a todos aquellos que hicieron mal uso del dinero de cuotas sindicales y fondo de ahorro.

Los retos para los trabajadores sindicalizados Volkswagen de México son enormes frente al voraz avance de una automatización laboral que reclama obreros informados, congruentes, analíticos, competitivos, pero sobre todo participativos que se involucren y exijan a su sindicato no sólo transparencia, sino una periódica rendición de cuentas.

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