Martes, julio 29, 2025

28 julio, 2025

Luis Enrique Sánchez Díaz

Un susurro al oído del Gobernador Alejandro Armenta

Acá entre nos, desde que asumió el poder el 14 de diciembre de 2024, el mandatario poblano ha transitado del aplauso inicial a la sospecha generalizada. Su estilo, percibido como autoritario y contingente, se vio agravado por la aprobación exprés del Artículo 480 —la llamada “Ley Mordaza”—, que tipifica el ’ciberasedio y desde su publicación el 14 de junio de 2025 ha generado rechazo a nivel internacional por su redacción ambigua y su potencial para silenciar voces críticas .

Esto no es un elogio ni una loa vacía: es un llamado urgente a desprenderse del hechizo de las sirenas que lo rodean. Ese coro interior, colmado de aduladores y consejeros interesadamente ciegos, solo le suministra basura y lo mantiene aislado de la verdad. Mi propósito es ofrecerle, señor Gobernador, un consejo creíble y preciso, antes de que la desinformación sepulte su capital político.

  1. Reconocer y enmendar el daño reputacional

Su imagen se ha visto golpeada por actos de soberbia ante la prensa, calificada de “canalla” en más de una ocasión .

Simulación legislativa: la iniciativa de ciberasedio estuvo estancada en comisiones desde octubre de 2024 hasta que, en julio de 2025, el Congreso la aceleró a contrarreloj para votar la reforma antes del 15 de julio .

Improvisación reactiva: la urgencia de aprobar esa ley no obedeció a un plan de protección ciudadana, sino al estallido de un chisme: un tuit de la cuenta @laaldeapoblana que satirizaba la belleza de “La Bonita” —apodo de la secretaria de Deportes, a quien la voz pública con o sin razón, atribuyó un vínculo sentimental con usted— encendió la prisa por el dictamen. Aunque no consta oficialmente, es un secreto a voces que esa anécdota desató la ira y el impulso legislativo.

  • Actitudes que reconstruyan la confianza

Para recomponer su capital político, debe desprenderse de la soberbia, la simulación, la improvisación y la reacción. Le propongo:

Humildad visible: participe en ruedas de prensa abiertas, reconozca errores y explique en primera persona las razones de sus decisiones.

Consistencia estratégica: presente un plan de comunicación claro, sin cambios de última hora, para demostrar que actúa con previsión y no por ocurrencias.

Escucha activa: establezca canales permanentes de diálogo con periodistas críticos, académicos y colectivos de derechos digitales antes de impulsar reformas sensibles.

  • Restablecer el Estado de Derecho en los CERESOS

El escándalo de ingobernabilidad carcelaria —riñas, decomisos de contrabando y cacicazgos internos— ha expuesto las fracturas de su administración. Para convertir ese reto en un triunfo político:

Supervisión independiente: nombre una comisión integrada por ONG, defensores de derechos humanos y exfuncionarios de carrera para auditar condiciones y procesos.

Profesionalización inequívoca: capacitación continua de custodios y sanciones ejemplares a los cómplices de la corrupción interna.

Rehabilitación humanitaria: mejore instalaciones, implemente talleres productivos y atención médica para reducir motines y motibarrios.

  • Reformar la “Ley Mordaza” con legitimidad

Suspenda la aplicación del Artículo 480 y convoque a un foro amplio:

Diálogo plural: incluya a periodistas, académicos, víctimas de violencia digital y legisladores de todos los partidos.

Cláusulas de garantía: defina claramente qué conductas constituyen ciberasedio y asegure cauces de denuncia alternativos para evitar el uso faccioso de la norma.

Mecanismos de revisión: establezca revisiones periódicas de la ley cada seis meses, con evaluación pública de su impacto en la libertad de expresión.

Solo así podrá pasar de ser recordado como el gobernador que precipitó una “Ley Mordaza” a un líder que escucha, corrige y protege el estado de derecho. El poder sin legitimidad es tiranía; la autoridad sin humildad se desmorona. Este podría ser el último recurso para salvar su capital político.

Colofón

Sé que mi pluma a veces punza con dureza, pero jamás con ánimo destructivo. Mi única aspiración es verlo recuperar la confianza y el respeto de quienes depositaron en usted la esperanza de un gobierno justo y eficaz. Cuento con su confianza de que este consejo nace del deseo de fortalecer su legado y de que, más allá de la crítica, encontrará en estas líneas el compromiso de un verdadero colaborador que anhela lo mejor para Puebla.


Sobre el autor
Luis Enrique Sánchez Díaz —profesor, consultor y testarudo observador de la política mexicana desde que el fax era tecnología punta—. Convencido de que la censura siempre acaba haciendo el ridículo, escribe para que la clase política recuerde que la libertad de expresión es un búmeran: cuanto más lejos la lances, más fuerte regresa.

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