Jack Dorsey, CEO de Twitter, anunció que la red social de mensajes cortos ya no difundirá publicidad política a partir del 22 de noviembre.

De acuerdo con su creador la medida no sólo busca que el alcance del mensaje político sea “ganado, no comprado”, si no también combatir los que considera “peligros de las redes sociales”, como información engañosa no verificada y las “deep fakes”.

Además, al frenar los mensajes políticos también se apaciguará la difusión de contenido falso, difamatorio y ofensivo, e incluso se prevén sanciones para los políticos que incumplan esas reglas.

Las nuevas regulaciones no son coincidencia, sino que aparecen en un momento en que Estados Unidos está a punto de entrar de lleno en la campaña para las elecciones presidenciales de 2020 y que tiene preocupado al equipo de Donald Trump quien buscará la reelección, quien le debe gran parte de su triunfo a la difusión de fake news en redes sociales.

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Sin embargo, la decisión de Dorsey es aplaudida tanto por usuarios como la empresa, uno de ellos Ned Segal, director financiero de Twitter, quien tuiteó el miércoles que la compañía ganó menos de 3 millones de dólares en anuncios políticos en el ciclo 2018.

“Esta decisión se basó en principios, no en dinero”.

Los detalles de cómo funcionará la prohibición serán divulgados el próximo 15 de noviembre. Por lo pronto, se sabe que la medida no afectará aquellos anuncios destinados a estimular a los ciudadanos a inscribirse en el registro de electores.