Familiares de tres jóvenes que desaparecieron el 28 de abril de 2017 en Palmar de Bravo, protestaron ante la Fiscalía General del Estado (FGE) por ser omisa y no mostrar avances, por lo que, tras dialogar autoridades acordaron retomar el caso.

En pleno festejo del día de las madres María Luisa Núñez en compañía de familiares y amigos inició una movilización desde el arco de seguridad de Palmar de Bravo, hasta las instalaciones de la fiscalía para exigir continúen la búsqueda de su hijo Juan de Dios Núñez Barojas y los hermanos Abraham y Vicente Basurto, jóvenes desparecidos en pleno corazón del Triángulo Rojo

Desde el momento en que confirmaron la desaparición de los tres jóvenes –los dos hermanos militares–, los familiares advirtieron nulo apoyo de las autoridades e incluso tuvieron que sortear infinidad de omisiones y obstáculos para poder levantar la denuncia.

Tras lograr levantarla, notaron que ninguna de las autoridades estaba trabajando realmente en encontrar a sus hijos, pues para ellos “los desaparecidos solo son un número más en sus estadísticas, es una carpeta de investigación más”.

Entre las omisiones de la FGE, fue el incumplimiento para girar los oficios a las 72 horas siguientes que reportaron la desaparición, ni tampoco con integrarlas al registro de personas desaparecidas para que se activara el protocolo para su búsqueda.

“Queremos que nuestros desaparecidos sean escuchados a través de nosotros; pareciera que no pasa nada en Puebla, que estamos hablando de la falacia de las autoridades de una Puebla segura, segura sí, donde tus hijos desaparecen, las niñas igual desaparecen caminando en la calle o la Puebla segura de que asalten en el micro”, refutó.

También advirtieron una “indiferencia” brutal de las a autoridades, pues “sólo dicen que están trabajando pero no hay una respuesta”

De igual forma, dijo que en las horas cruciales a su desaparición, aportaron a las autoridades datos importantes como la información de los teléfonos y la ubicación donde se encontraban en la última llamada que hicieron, misma que fueron ignoradas por los agentes, datos que a un año del hecho “ya de nada sirve”.

Nadie reportó el vehículo

Los jóvenes desaparecieron en el tramo carretero de Tecamachalco a Cuacnopalan, cuando circulaban a bordo de una camioneta Durango gris, modelo 2004, con placas de circulación TXZ- 1538 del estado de Puebla.

El vehículo era propiedad de la familia de Núñez Barojas y a pesar de que en la denuncia se incluyó todos los datos, la FGE no la reportó como robada al Registro Público Vehicular (Repuve).

De ello dieron cuenta, hace menos de un mes, cuando la vieron circulando por la zona, “a ellos no les importa los desaparecidos en Puebla porque no son de su familia”, acusó.

Al ver la poca acción de las autoridades, María Luisa Núñez inició un procedimiento ante el Comité de Desapariciones Forzadas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) documentando estas irregularidades, el cual continuará hasta que “todas las autoridades responsables de las omisiones paguen las consecuencias sin importar las que sean”.

Finalmente, la FGE entabló dialogo con los demandantes y acordaron continuar avanzando en el caso de los jóvenes desaparecidos.