De libros y más

Uno viaja con lo que pueda llevar en la memoria y lo demás se queda suspendido en los recuerdos como un exceso de equipaje. Uno viaja siempre acompañado y al mismo tiempo solo, como en la muerte: solo, ante la expectativa de cualquier paisaje desconocido; acompañado, ante la incógnita de un mínimo detalle imprevisible.

La emperatriz de Lavapiés, Jorge F. Hernández

Hace casi 25 años, Jorge F. Hernández, publicó su genial novela La emperatriz de Lavapiés; en esa obra, se refería a un hombre que impulsado por sus recuerdos, decide cruzar el Atlántico para recuperarlos y encontrarse con un mundo diferente y complejo. Un cuarto de siglo después, en su libro más reciente, nuevamente hace un recorrido entre los recuerdos, pero ahora, él protagoniza el viaje, se adentra en los recuerdos de su infancia hasta llegar a Mantua, una población ubicada en Fairfax, Virginia, en donde transcurrieron los primeros años de su vida.

 

Un bosque flotante, es más que un libro de memorias, se trata también de la lucha contra el olvido, del rescate de los recuerdos, no solo de los propios, sino de los ajenos, de los de May -su madre- que los extravió por algún error en la costura que une al pasado con el presente.

«Decían los médicos y toda la familia de México que viviendo en español en casa sería más fácil ayudarla a recordar los nombres de todas las cosas y las caras de todos y las palabras de los libros y hasta las letras de las canciones que antes cantaba. Eso decían todos los médicos y todos los Méxicos que llegaban a mi casa en español, en la capital del inglés, porque todo el pasado de mis padres estaba en español y, por eso, decían que solo despertaríamos la memoria de mamá evitándole todo el inglés que nos rodeaba, como si la distrajéramos de todo lo que fuera presente para que pudiera recuperar todo su pasado.»

Jorge F. Hernández, es -sin duda alguna- el mejor escritor mexicano de la actualidad. Nacido en territorio nacional, en Colonia, Alemania -su padre trabajaba en la embajada-, pasó los primeros años de su vida en un pequeño poblado de Virginia, cerca de Washington, D.C.; es guanajuatense por herencia y cuevanense por decisión. Actualmente es Ministro de Asuntos Culturales de la Embajada de México en España y dirige el Instituto Cultural de México en Madrid. Destacado columnista en diversos diarios, tanto nacionales como internacionales, y quijotesco caballero, capaz de publicar dos excelentes libros durante uno de los momentos más críticos de la Historia, demostrando que para el buen escritor, no existen barreras. Así es Jorge F., quién hace un par de meses presentaba sus maravillosos Cuarentínimos para la cuentena, y ahora, Un bosque flotante.

 

En un Bosque flotante, Jorge F., va más allá de relatar sus memorias; con sus palabras nos hace viajar hasta el bosque de Mantua para seguir las huellas que deja Bill al pisar la nieve, compartimos el anhelo de pertenecer a los Boy Scouts y el desencanto que trae aparejado su intocable uniforme; nos provoca a buscar una Mrs. Grabsky en nuestras propias historias, para recordar a las buenas maestras que no solo enseñaban a leer, sino a transitar por la vida.

«Sabía que algún día habría de volver quizá para que mi hijo y los hermanos que llegaran a acompañarlo con mi apellido, conocieran la geografía de mi otro idioma y para verificar que el bosque es memoria intacta, que la escuela es idéntica en todas partes mientras haya una sola maestra que ayude a que el alumno construya por sí mismo el camino para aprender…»

El escritor, juega con nuestros sentimientos, porque su novela nos atrapa y una vez que entramos al bosque de Mantua, ya no hay camino de regreso; podemos estar en el césped, pasto, grass -o como quiera que se diga, en cualquier idioma- esperando la camioneta blanca del Good Humor Man, con sus tentaciones en forma de sundaes de chocolate, malteadas de fresa y bananas splits, mientras le damos vuelta entre los dedos a una monedita de cinco centavos, y de pronto nos regresa de golpe a la realidad, para convertirnos, ya no en partícipes, sino en testigos desesperados de la vida ajena y de nuestros propios fantasmas.

 

Un Bosque flotante, es una novela prodigiosa, es una bocanada de aire fresco que llega en el momento justo, en el que tanta falta hace respirar a fondo.

 

Adriana Hernández Morales

Título: Un bosque flotante

Autor: Jorge F. Hernández

Editorial: Alfaguara

(También disponible en formato electrónico)

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De libros y más recomienda: Museo Amparo

El Museo Amparo de la ciudad de Puebla, Pue., celebra sus primeros 30 años de vida, con nuevas exposiciones e integración de sus salas.

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2 Sur, 708, Centro, Puebla, Pue., México

https://museoamparo.com/

Mi correo: adrianahernandez1924@gmail.com


Adriana Hernández, es miembro del Club Nacional de Lectura Las Aureolas, club fundado por Alejandro Aura en 1995. Es además una mujer comprometida con las causas sociales, abogada de profesión y lectora por vocación.