VPG, el nuevo garrote político
A unos días de conmemorarse el 8 de marzo como una fecha emblemática para evidenciar todas las luchas que como mujeres hemos consolidando en los últimos tiempos, vale hacer mención de la importancia de visibilizar el combate que se ha dado a la violencia política de género.
Muchísimas mujeres hacemos política desde diferentes frentes. Política partidista, social, analítica, periodística.
Muchísimas mujeres han perdido la vida en este país como resultado de defender sus convicciones políticas, periodísticas y sociales.
La lucha contra la violencia de género en cualquiera de sus modalidades tendría que mantenerse como un garante para quienes desde cualquier trinchera sabemos que podemos ejercer una libertad amparada por nuestros derechos humanos y de libre expresión.
Los contextos políticos que hoy vive el país ponen en riesgo la interpretación de las violencias desde el momento en que algunas mujeres recurren al uso de este delito, como una forma de eximir responsabilidades sobre su actuar o descartar el escrutinio público al que se enfrentan por la naturaleza de ser parte de una clase política donde la corrupción, el oportunismo, el influyentísimo y el acoso se presentan como una constante no sólo con los hombres, sino también en nuestro género como mujeres.
Resulta incongruente, que la violencia política de género pierda su esencia primaria y hoy sean muchas mujeres, las que recurran a este ardid para intentar silenciar la crítica, el escrutinio o la rendición de cuentas.
En México se viven tiempos donde la lucha por el poder ha orillado a muchos actores de la política nacional a usar la violencia de género como el instrumento que censure opiniones o facilite la mordaza en situaciones donde simplemente se prefabrican señalamientos, con el objetivo único de amedrentar a la crítica puntillosa que se hace no por género, sino por la capacidad real que muchas de estas mujeres muestran en los diferentes roles que pueden desarrollar en la política.
La violencia política de género en los tiempos que corren se ha desvirtuado en algunos casos, donde mujeres que ejercen la política, recurren a este argumento para construir narrativas de acoso, violencia y señalamientos que tienen muy poca probidad, cuando son ellas mismas las que derrumban con su actuar dichos señalamientos.
El combate a las violencias debe preservar esas garantías individuales para que las mujeres ejerzamos con plena libertad nuestros derechos individuales.
La violencia política de género no debe desvirtuar su propósito y utilizarse como un instrumento de presión, mordaza u hostigamientos en contra de otras mujeres.
Señoras de la política, sus responsabilidades en cargos de elección popular o gobernanza, demandan congruencia y probidad. Utilizar la violencia como una moneda de cambio para frenar críticas, es sin duda una táctica que a la larga resulta contraproducente pues las trayectorias, la reputación y los resultados en sus encomiendas pueden tirar por la borda cualquier acto de victimización.
Miren sus acciones y entenderán sus resultados.
@rubysoriano @alquimiapoder
Autor

Ruby Soriano
Consultora en comunicación política, gestión gubernamental y campañas electorales. CEO Mediatikos Consulting. Analista de la política y la comunicación con ironía.
Artículos Relacionados
2 marzo, 2025
VPG, el nuevo garrote político
A unos días de conmemorarse el 8 de marzo como una fecha emblemática para evidenciar todas las luchas que como...
LEER NOTA23 febrero, 2025
El abogado del diablo
La carta de Ismael Zambada García, alias “El Mayo” presunto líder del Cártel de Sinaloa sacudió los escenarios de la...
LEER NOTA9 febrero, 2025
La Beli “preciosa”
La política y la farándula componen una vieja fórmula utilizada para apuntalar gobiernos y proyectos futuristas, que por un lado...
LEER NOTA