Uno de los principales atractivos de la ciudad de Tournaia, Bélgica, el Puente de los Agujeros (Pont des Trous), construcción que se mantiene en pie desde el siglo XIII y que sobrevivió al ataque de los ingleses en 1340 y la Segunda Guerra Mundial, podría tener sus días contados.

Y es que, hasta ahora no se ha logrado frenar el proyecto de ampliación de los muelles del gobierno local, el cual incluye destruir el puente medieval y reemplazarlo por una nueva construcción que permita el paso de grandes barcos de mercancías.

Las autoridades locales han optado por ignorar su pasado histórico, en el que formó parte de la muralla defensiva de la localidad, e incluso han ignorado el llamado del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios que ha pedido al ministro encargado del Patrimonio de Valonia en una carta que informara a la Unesco sobre este proyecto antes de su puesta en marcha.

También se ha advertido que el puente medieval sobre el río Escalda tiene un “carácter emblemático” y se encuentra “dentro de una zona de gran interés patrimonial”, junto a la catedral de Notre-Dame inscrita en la Lista del Patrimonio mundial por la Unesco que podría verse degradada por el impacto de la navegación fluvial de grandes barcos.

Pese a ello el proyecto que forma parte del gran canal Sena-Norte, que unirá el puerto de El Havre (Francia) con el Benelux, y está financiado por la región de Valonia y la Unión Europea, según recoge Le Figaro, continúa avanzando y está previsto que las obras comiencen este mismo año.

No es la primera vez que se plantean modificaciones para no dañar al puente, en 2007, la ciudad planteó excavar otro canal para salvar su puente medieval sin embargo la idea fue rechazada por su alto costo.

Mientras, pese a las inconformidades de los habitantes, se empieza a promover la nueva imagen del puente, el cual tampoco ha convencido a los habitantes de Tournai, que ya lo han bautizado como “puente McDonald” por su parecido al logo de la compañía de comida rápida.

Con información de ABC