Epistolario 23
Diciembre 30 2021
649 dias de aislamiento
Vacunas 2
Semaforo verde
4ta oleada Covid
Querido Adrian,
Espero que te encuentres muy bien este fin de año, que no estés pasando tanto frío ni riesgo de contagio, pero más que nada que estés contento y planeando algo lindo para dejar atrás el 2021.
Aquí hace un invierno de los que me gustan, con frío pero soleado, con los árboles secos y las banquetas llenas de hojas secas; el zócalo de Cholula adornado con luces y la gente tomando café y comiendo chilaquiles en el portal, con las bufandas alrededor del cuello y los niños maravillados bajo el árbol de navidad gigante. Para mí los últimos veinte días de diciembre son mis favoritos, siempre me ha parecido que van lentamente y que se viven con una intensidad que llena de vida y alegría todo lo que quizás haya salido mal durante el resto del año. Y vaya que ha habido malos ratos en 2021.
Hemos leído que la “cuarta oleada” de Covid está causando estragos en Alemania y en buena parte de Europa, que los contagios han explotado nuevamente. En menor medida, pero posiblemente por el mismo camino, México está viendo un aumento de contagios en los últimos días, especialmente después de navidad. La autoridad sanitaria asegura aquí que el aumento de contagios Covid y específicamente de contagios por la variante Omicron puede ser manejable, si se sigue haciendo esfuerzo por vacunar a la población, reduciendo los riesgos de enfermedad grave, complicaciones y muertes.
Las nuevas variantes del virus, la difusión de alertas e información alarmista y la euforia, o histeria, de encontrarnos nuevamente en días festivos en una situación precaria respecto a la pandemia, nos regresa a la sensación que teníamos hace un año: un temor y hartazgo conocido. El año pasado estábamos en plena segunda oleada y todo fue terrible. Tantos y tantos murieron. Recuerdo bien que en los últimos días del año pasado llegaron las primeras vacunas a México y, aunque estábamos en lo peor, o lo que pensábamos que era lo peor, la vacuna era una señal de esperanza y yo lloré como una boba viendo en vivo como llegaba el primer lote de vacunas al aeropuerto.
La gran diferencia con la segunda oleada es que, precisamente, ahora hay vacunas que nos protegen y la campaña de vacunación en México está siendo modesta pero exitosa, con cerca del 88% de la población adulta vacunada. Incluso se han comenzado rondas de refuerzos de las diferentes vacunas disponibles. Ahora me parece increíble que, en el transcurso de un año, la inoculación haya avanzado tanto en el país, no obstante los esfuerzos de algunos por comprar las vacunas y lucrar con ellas, mantenerlas acaparadas, desinformar, aterrorizar, sabotear y apostar a cada paso en contra de la estrategia de salud contra la pandemia.
Sin duda no es perfecto el manejo de la pandemia en México, el cual debe cuestionarse y discutirse con seriedad, pero no creo que ningún país vaya a salir con la respuesta correcta e infalible de cómo manejó su porción de pandemia. Mientras que el constante golpeteo y uso político de la información sobre la enfermedad, la estrategia de salud, el manejo de recursos y las opiniones patrocinadas han sido verdaderamente desgastantes y dañinas.
Por ahora nos encontramos en un frágil equilibrio dentro de la “nueva normalidad”, dando brincos entre los colores del semáforo epidemiológico, tratando de actuar como antes, cuando nada es como solía ser. Quiero pensar que, a comparación de lo que observamos a través de los medios sobre otros países, la población promedio en México parece bastante disciplinada con el uso de cubrebocas y la sana distancia.
Nosotros, a pesar de todo, tenemos la fortuna de seguir sin contagios en casa ni en la familia inmediata, cosa que sólo hemos logrado a punta de muchos sacrificios, limitaciones y algunas pérdidas en otros aspectos de la vida en el transcurso de la pandemia. Este fin de año la vacunación ha permitido que la gente vuelva a reunirse con menos miedo y tratando de ser precavidos con reuniones pequeñas y en espacios ventilados. Así, la vida social ha recomenzado de manera modesta y algo positivo es que se ha vuelto perfectamente aceptable preguntar “¿están vacunados?” antes de cualquier invitación, y rechazar o irse si hay demasiada gente en alguna reunión.
Junto a mí, el pequeño ha comenzado a roncar en su sueñito. Es hora de apagar esta computadora, pero no me quería ir a la cama sin escribirte y mandarte mis mejores deseos.
Feliz Año Nuevo, querido Adrián. Que este siguiente año te llene de alegrías, de encuentros… el nuestro, si tenemos mucha suerte.
Siempre
Bilhá
- Con los mejores deseos para nuestros lectores en este 2022
Autor
Redacción PH
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